Las dietas que han cobrado popularidad en los últimos años, como la vegana, prometen una mejora en las condiciones del organismo, sin embargo, expertos en nutrición indican que evitar el consumo de sustancias esenciales, como el calcio, puede causar problemas de salud como osteoporosis, padecimiento que afecta a diez millones de personas en México, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La nutrióloga Paloma Rodríguez García advirtió que “consumir leche en edad adulta no tiene sentido desde una perspectiva evolutiva, ya que los humanos en esta etapa de vida no necesitan seguir creciendo; sin embargo, los productos lácteos se han ingerido durante miles de años y hay suficientes estudios que documentan cómo los genes se han modificado para que los seres humanos reciban favorablemente los lácteos en la dieta”.
“El hecho de que algunos de nosotros estemos genéticamente adaptados a comer productos lácteos es un argumento bastante convincente para no dejar de consumirlos, pero se deben revisar las afectaciones del consumo de lácteos en cada persona y descubrir si se tiene una intolerancia a la lactosa o simplemente una sensibilidad a los productos lácteos”, indicó la experta.
De acuerdo con datos del IMSS, la principal repercusión derivada de un déficit del consumo de leche y sus derivados es la osteoporosis, la cual se caracteriza por la pérdida progresiva de la masa ósea y el deterioro del tejido óseo llevando a la debilidad del esqueleto lo cual incrementa la susceptibilidad de fracturas de huesos.
Cifras revelan que diez millones de mexicanos sufren osteoporosis, con el consecuente aumento de fracturas de cadera, codos, muñecas, rodillas y tobillos.
Explicó que las dietas sin calcio son peligrosas, puesto que la mayoría de las personas no supera los límites máximos de calcio con los alimentos que consume; el exceso ocurre generalmente al abusar de suplementos de calcio, lo que puede causar constipación, interferencia con la capacidad de absorber hierro y zinc, un aumento en el riesgo de cálculos renales, cáncer de próstata y enfermedades cardiacas.
Fuente: Protocolo