Hace 12 mil años antes de nuestra era, Vega fue una estrella polar, o sea que se ubicaba en la bóveda celeste de manera más próxima al eje de rotación de nuestro planeta, y recuperará su puesto en el año 13720 cuando la Tierra se acomode convenientemente para ella.
Por este motivo, las antiguas culturas asociaron a esta estrella en sus mitologías, como por ejemplo los árabes, la llamaron Kiblah, o estrella del mal; debido a que en su mitología representa la muerte de uno de sus guerreros.
En este sentido, los habitantes del hemisferio norte son envidiados por los del Sur, ya que Polaris es una estrella que se ha posado por algunos milenios cerca del eje de rotación del planeta, lo que sirve como una referencia importante para navegación de embarcaciones y el cálculo de la posición de una zona geográfica a partir del ecuador. En tanto que en el hemisferio Sur no se cuenta con un astro lo suficientemente brillante para que realicé las mismas funciones.
Para que Polaris se coronara como la estrella guía, tuvo que esperar su turno, en un movimiento que realiza la Tierra llamado precesión, que tarda poco más de 26 mil años en completar un ciclo.
Este movimiento, producto de la gravedad de la Luna y el Sol sobre la Tierra, se asemeja a los jiros que realiza un trompo, que, en el momento que va girando sobre sí mismo con ayuda del pivote, se tambalea realizando un círculo, apuntando a distintos puntos dentro de la circunferencia.
De la misma manera, el polo de la Tierra, se desplaza gradualmente y va orientándose a una zona diferente sobre la circunferencia que cubre en la bóveda celeste, alcanzando en algunos momentos ciertas estrellas, como es el caso de la estrella Alfa Ursae Minoris.
En este mismo recorrido, hace 3 mil años A.C., la estrella Thuban en la constelación del Dragón, ayudaba a las antiguas culturas a guiarse en su camino.
Y ahora, Alfa Ursae Minoris, empieza poco a poco a salir del polo norte, ya se ha desplazado 1° de distancia, de lo que los astrónomos llaman para ser más exactos, polo norte celeste. Para el año 3500, el eje de rotación de la Tierra, alcanzará la estrella Errai, en la constelación de Cefeo, y se convierta en la próxima estrella polar.
Por: Tangible.