A riesgo de su vida, el policía municipal Luis Roberto Martínez Buendía salvó, con ayuda de los vecinos, a una niña de 7 años de edad, en inminente peligro de perecer abrasada por las llamas que destruyeron su vivienda, este mediodía.
En su heroica intervención el oficial sufrió severa intoxicación por el humo que inhaló, y fue auxiliado por paramédicos de la Cruz Roja quienes le estabilizaron los signos vitales.
Pero su mayor recompensa fue la gratitud que le demostraron Xiomara Talamantes Llamas –quien tenía en brazos a su bebé Francisco, de tres meses de nacido− y sus hijitas Martha y Ailin, de 7 y 5 años de edad.
También recibió la felicitación del Secretario de Seguridad Pública Municipal, Alejandro Lares Valladares, por esta acción llena de heroísmo, la cual muestra a la comunidad tijuanense la dimensión del compromiso que tiene con ella la Policía Municipal
Cerca de las 12:30 horas inició el fuego en la casa habitación ubicada en calle Vicente Guerrero, colonia Mariano Matamoros.
El oficial Martínez Buendía y sus compañeros del distrito La Presa llegaron instantes después. Al percatarse de que había personas atrapadas en el interior, decidió rescatarlas con apoyo de los vecinos.
Gracias a esa valiente decisión, la pequeña Martha fue sacada ilesa de la casa en llamas. Su madre sufrió una leve crisis nerviosa, pero se tranquilizó al ver a sus niños a salvo, y los paramédicos que la atendieron indicaron que no requería hospitalización.
Minutos después llegaron oficiales y equipo de la Dirección de Bomberos, de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), y controlaron el siniestro evitando que dañara a construcciones vecinas, aunque la vivienda quedó destruida casi en 70 por ciento.
Asimismo acudió personal de la Dirección de Protección Civil y de la Secretaría de Desarrollo Social Municipal, para gestionar apoyo institucional a Xiomara y a su familia.
El oficial Luis Roberto Martínez Buendía relató así su intervención:
−Cuando entré a la vivienda incendiada las llamas estaban “a todo lo que da”. Sentí que el calor me quemaba, pero me dije: “sí voy a aguantar”, aunque miré que una moto se derretía por el fuego.
−Salí a empapar con agua mi uniforme y entré de nuevo a la casa seguido por unos vecinos; desconectamos unas minas de gas que estaban a punto de ser alcanzadas por las llamas y sacamos a una niña.
−Después dije a los vecinos que salieran. Uno de ellos me dio una toalla y la mojé para cubrirme el cuerpo. Luego, con agua de una manguera protegí a los vecinos para que salieran mientras yo intentaba controlar el incendio.
−Al final me apoyaron mis compañeros policías municipales, bomberos y paramédicos de la Cruz Roja, porque había yo inhalado mucho humo.