¿Es esto real? Se viraliza la imagen de un barco flotando varios metros por encima del agua
Se dice que cuando el sabio señala a la Luna, el necio mira al dedo. Puede ser, pero quienes presenciaban el Abierto de Escocia de Golf el 13 de julio de 2014 en el Royal Alberdeen Golf Club elevaron en señal de asombro sus propios dedos, indiferentes a cuán sabio era cada uno de ellos.
Estaban asombrados por lo que veían. No los dedos, ni la Luna, que es un espectáculo bello, pero a nuestra disposición casi cada noche y que ya no suele llamar especialmente la atención.
Lo que señalaban, lo que no podían creer ni justificar aún estando frente a sus ojos, era un barco flotando en mitad del cielo, distante y elevado de la superficie marina.
Tampoco se trataba de que estuvieran siendo involuntarios extras en un film de superhéroes. Ni había trucaje digital en directo. Ni truco artificial y milimétricamente estudiado a lo David Copperfield. Ni estaban frente a una representación Disney del barco del capitán Garfio en Peter Pan.
Era una situación chocante, sorprendente y, desde luego, surreal. Pero era cierto.
Una vez superado el primer desconcierto, cabe preguntarnos el porqué y el cómo de esta extraña visión. Al fin y al cabo somos seres avanzados y, en muchos casos, estudiados.
Muchos aún creen en lo sobrenatural, pero la mayoría se preguntan qué hay detrás de algo así, esperando una respuesta acorde con nuestra lógica y conocimiento del mundo.
La explicación racional y científica , y para algunos la menos atractiva, reside en que el fenómeno visual se ha producido por la refracción de la luz. Es lo que se conoce como “espejismo superior”.
La masa de aire que está sobre la superficie del agua, en contacto con ella, está más fría que la masa de aire superior.
Los haces de luz que forman la imagen en nuestra retina se “desplazan” al cruzar la masa de aire más cálida, de la misma manera en que se “desplazan” cuando cambian de un medio a otro.
Es como cuando metes un lápiz en un vaso transparente de agua y la recta invariable del carboncillo parece quebrarse mágicamente.
De la misma manera en que el cambio de medio, de materia, afecta a la percepción, también acontece con las capas de una misma sustancia —el aire, en este caso— cuando se ve afectada por diferencias notables en su temperatura.
En definitiva, lo que vieron aquellos varios cientos de personas durante aquella jornada del Open de Escocia no fue sino un efecto óptico causado por las leyes físicas aplicadas a un cerebro imperfecto empeñado en completar la información que le falta para que se asemeje a imágenes que sí nos son conocidas.
Sea como fuere, nos quedamos con esa primera impresión mágica que debieron sentir quienes contemplaron el fenómeno en directo. Al fin y al cabo, la ciencia nos da conocimientos, pero la magia alimenta nuestra imaginación y estimula a los espíritus creativos y aventureros.
Fuente: PlayGround
https://youtu.be/bTjuwSjx_zk