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¿Cómo beneficia a tu cuerpo caminar por 30 minutos?

El mejor milagro para nuestra salud se logra siguiendo las instrucciones más sencillas: comer bien, dormir bien y hacer ejercicio. Los dos primeros son un placer, y el último no tiene por qué no serlo, ya que no hace falta que hagamos ejercicio exhaustivo: solo con caminar durante 30 minutos al día, podemos mejorar nuestra salud en muchos aspectos.

La Organización Mundial de la Salud cita como beneficios de caminar la reducción del riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer de mama y de colon, depresión y caídas. Además, andar mejora la salud ósea y funcional y es un determinante clave del gasto energético, siendo un elemento fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso. Por si fuera poco, una caminata, sobre todo si tiene lugar en un entorno natural, puede mejorar notablemente nuestro estado de ánimo y ayudarnos a combatir el estrés.

El cerebro

Según un estudio publicado en la revista Neurology, caminar varias veces a la semana ayuda a prevenir la demencia, reducir el riesgo de la enfermedad de Alzheimer y mejorar la salud mental. El tejido cerebral se deteriora con la edad, al tiempo que se reduce el volumen de la materia gris, y ambos factores se relacionan con la pérdida de las capacidades cognitivas y la atrofia cerebral.

Los investigadores lograron demostrar, tras un seguimiento a lo largo de 13 años a 299 voluntarios, que los que caminaban más no desarrollaban demencias y perdían menos volumen en los lóbulos temporal y prefontal, incluidas regiones relacionadas con la memoria y la demencia, como el hipocampo y la corteza endorrinal.

Así, se concluyó que caminar más de nueve kilómetros y medio a la semana está relacionado con un menor porcentaje de atrofia cerebral y una menor tasa de demencias graves y trastornos cognitivos leves.

Los pulmones

Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, caminar entre 15 y 30 minutos casi todos los días puede mejorar la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), una patología respiratoria que produce sensación de ahogo, tos y expectoración, entre otros síntomas.

De acuerdo con los expertos, los pacientes que realizan actividad física de forma habitual tienen mejor evolución de la enfermedad y registran menos ingresos en el hospital a causa de infecciones respiratorias.

Además, pasear mejora la salud pulmonar, se padezca o no una patología: al hacerlo, aumenta el flujo del oxígeno en la sangre y la difusión pulmonar -el intercambio de gases en el pulmón-, tal y como explica Reyes Calzado, del departamento de Neumología de la Fundación Jiménez Díaz. Esta mejora de los pulmones produce, a su vez, una mejora el corazón.

El corazón

Muchos estudios han demostrado que la actividad física reduce la probabilidad de tener un infarto agudo de miocardio y que el sedentarismo aumenta casi al doble el riesgo de morir por esta causa.

La actividad física aumenta la fuerza del corazón y su capacidad para bombear sangre; las arterias ganan capacidad de dilatación y, con todo, se aumenta la cantidad de sangre que puede llegar a los músculos y otras zonas de nuestro cuerpo. Además, disminuye el riesgo de hipertensión y la presión arterial.

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