La gonorrea, una enfermedad contagiosa de transmisión sexual, es cada vez más resistente a los antibióticos, con lo que es más difícil e incluso imposible de tratar en algunos casos, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“La bacteria que causa la gonorrea es especialmente astuta. Siempre que utilizamos un nuevo tipo de antibióticos para tratar esta infección, el microbio aprende a resistir al fármaco”, dijo la responsable del departamento de Reproducción Humana de la agencia sanitaria de la ONU, Teodora Wi. Aunque la resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural, el uso indebido de estos fármacos en el ser humano y los animales está acelerando el proceso y cada vez es mayor el número de infecciones cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos.
Aunque ambos sexos pueden padecer esta enfermedad bacteriana, son las mujeres las que sufren más sus efectos negativos a largo plazo tales como esterilidad, enfermedad pélvica inflamatoria, embarazo ectópico (fuera del útero) y un aumento del riesgo a contraer el VIH. Del total de infectados por gonorrea, 35,2 millones viven en el Pacífico occidental, 11,4 millones tanto en el sudeste asiático como en el continente africano, mientras que en las Américas se contabilizan 11 millones de afectados y en Europa occidental y en Europa del este, 4,7 millones y 4,5 millones, respectivamente.
El aumento de los pacientes con gonorrea en el mundo se explica por un comportamiento sexual inseguro -en particular la disminución del uso del preservativo-, el aumento del turismo, los sistemas de detección poco efectivos y los tratamientos inadecuados que no acaban con el foco de la enfermedad, argumentó la OMS.