Christina Ferrara comenzó a sentirse cansada cuando cumplió 30 años en 2017, pero atribuyó está sensación a los signos de “envejecimiento” y a trabajar 40 horas por semana. Sin embargo, la mujer, de Tampa Florida, terminó descubriendo que su estado de salud era realmente grave.
Al principio, sus síntomas no eran alarmantes. En una entrevista con Caters News contó que le “sangraban las encías”, pero que culpaba al cepillo de dientes, y que su orina “era más oscura”, lo que creyó que se debía a que tomaba poca agua. A esto se le sumaba una intensa fatiga que no podía controlar, por lo que tomaba constantemente café para mantenerse despierta.
“Pensé que era solo una cruel bienvenida a mis 30 años”, recordó. Pero ponto estos síntomas progresaron de manera rápida y peligrosa, y su cuerpo se deterioró rápidamente. En consecuencia, fue a un hospital para hacerse pruebas médicas y fue ahí cuando los médicos le advirtieron que su hígado no funcionaba bien.
A las pocas horas, a Ferrara le agarró ictericia, lo que se denomina cuando la piel está amarilla por un aumento de la bilirrubina en la sangre como resultado de ciertos trastornos hepáticos. “Sufría altos niveles de enzimas. Cuando mi médico me examinó, me dijo que tenía que ser ingresada en el hospital y que me iba a morir el fin de semana”, contó.
Todos los síntomas se intensificaron en las siguientes horas, al punto que empezó a perder el conocimiento. El especialista le dijo que nunca había visto un caso en el que una enfermedad avance tan rápido como el suyo: “Me hicieron preguntas como dónde estaba y quién era el presidente. Las entendí todas mal. Incluso pensé que era 1997. Todo lo que sabía era que tenía miedo”.
Finalmente, pusieron a Ferrara en coma inducido y encabezó la lista de trasplantes de hígado en Florida. Sin embargo, su caso era tan alarmante que, 12 horas después, era la primera en la lista de trasplantes de su país, siendo considerada “la mujer más enferma de Estados Unidos”debido a su grave condición.
Durante las horas siguientes, los médicos rechazaron tres hígados: uno era demasiado grande, uno demasiado enfermo y el otro demasiado viejo, peroal cuarto día le presentaron un hígado perfecto. “Literalmente, fue un milagro, tan pronto como lo puse fue como si las baterías estuvieran encendidas”, explicó Ferrara.
Después del trasplante se recuperó rápida y milagrosamente. Hoy, un año después de su problema de su salud, ya fue dada de alta y busca difundir su historia en un esfuerzo por alentar a las personas a registrarse como donantes de órganos. Pese a que ya se encuentra bien físicamente, aún no está claro qué causó la insuficiencia hepática, pero está relacionado con el consumo excesivo de alcohol y las hepatitis B y C.
“Si mi donante no eligiera donar sus órganos, no estaría aquí ahora. Necesitaba un hígado específico y la persona que se registró fue mi ángel guardián ”, dijo, y agregó: “Cuando te mueres no te puedes llevar tus órganos, así que salva una vida y difunde amor”.
Desde la operación, sus conocidos la llaman la “Mujer Biónica”, pero no por tener partes metálicas, sino por su “energía”: “El equipo de trasplantes se sorprendió de cómo volví a la vida de con nuevo hígado tan rápido”.
Si bien está convencida en aprovechar su vida al máximo, Ferrara tiene que tener ciertos cuidados con su salud. Todos los días toma medicamentos para evitar que el hígado rechace su cuerpo, tiene un alto riesgo de padecer cáncer de piel y no puedo comer alimentos como el sushi debido a las bacterias potenciales.
“Pero mi vida es increíble desde que regresé, me hizo reevaluar las cosas que son importantes para mí. Mi mamá bromea que siempre quise ser la número uno y durante una semana lo fui”, finalizó.
Fuente: Clarín