Una adecuada higiene dental ayuda a evitar enfermedades bucales y reduce riesgos de infecciones, candidiasis y gingivitis. Una herramienta indispensable para cuidar los dientes es el cepillo dental, sin embargo pocas veces nos preocupamos por mantenerlo limpio y resguardado.
Estos son los cuatro errores más comunes que se comenten con el cepillo de dientes.
Guardarlo cerca del inodoro. El cuarto de baño es el lugar donde comúnmente se guardan los cepillos dentales, pues es ahí donde se lleva a cabo el proceso de cepillado, sin embargo el baño es uno de los lugares de la casa que más almacenan bacterias que pueden llegar a tu cepillo y aumentar el riesgo de contaminación.
Cepillos juntos. Cuando los cepillos están juntos se puede llevar a cabo un traspaso de microbios, este efecto puede ser parecido al que se produce al dar un beso.
Tapar el cepillo. Existen unos estuches para proteger las cerdas de los cepillos, sin embargo, estas no permiten que el cepillo se seque completamente y la humedad queda encerrada, lo que aumenta la posibilidad de que las bacterias proliferen.
Usar una toalla de papel para secarlo. Usar una toalla de papel o papel higiénico para secar el cepillo dental no es recomendable, pues estos productos suelen estar en el cuarto de baño y sus bacterias podrían llegar hasta nuestro cepillo.
Se recomienda cambiarlo cada tres meses de uso regular, además se deberá reemplazar después de un resfriado, gripe o infección bucal ó de garganta, debido a que los gérmenes pueden esconderse en las cerdas del cepillo y reactivar la infección.
En caso de usar un estuche protector, deberás dejar que el cepillo se seque a temperatura ambiente y después usar el estuche.
Después de usar el cepillo, sacúdalo con fuerza bajo el chorro del agua y colóquelo en posición vertical para que se ventile.
Fuente: El Debate