Mientras los feligreses rezan en la Catedral, los delincuentes aprovechan para despojarlos de sus bolsas y otras pertenencias.
Así lo dio a conocer Antonio Beltrán Coronado, delegado de la seguridad de la Arquidiócesis de Tijuana, quien lamentó que la mayoría de los malhechores son jóvenes.
Después del atentado contra la vida de un sacerdote de la iglesia San Pedro y San Pablo, en la Primera Sección de El Florido, la arquidiócesis tomó la decisión de instalar cámaras de vigilancia y pedir apoyo a la Policía Municipal.
Aun así, Beltrán Coronado informó que falta detener la delincuencia en 40% de las iglesias y parroquias de la Zona Este.
Detalló que el último robo fue en la Sánchez Taboada, de donde extrajeron objetos benditos.
Para detener esta problemática, dijo, falta prevenir la drogadicción y crear espacios donde los jóvenes se alejen de la vagancia.
“Son adolescentes o jóvenes en edad productiva, que por distintas circunstancias no tuvieron acceso a concluir sus estudios”, agregó.
Fuente: Frontera Info