Los mexicanos de Chiapas acusan a Peña Nieto de vender el país a las corporaciones internacionales y de fracasar en su deber de proteger al pueblo.
Lo han declarado persona non grata y empezaron a manifestarse contra su llegada horas antes de que el helicóptero del presidente aterrizara.
Los policías antimotines rodearon a los manifestantes, y cuando unos jóvenes trataron de cruzar las vallas, los agentes dispararon gas lacrimógeno.
Peña Nieto aspira a promover la inversión privada en la explotación de los recursos naturales de la zona indígena, y para justificarlo alega que “si no hay inversión no hay desarrollo”.
Sin embargo, los residentes saben que el extractivismo tiene efectos nocivos para su tierra y acusan al presidente de vender Méjico a los EEUU.
El presidente dio un discurso breve y ofreció algunas becas a algunos jóvenes de la región, pero no se molestó en referirse al legado cultural indígena, que era el motivo oficial de celebración.