Los hechos ocurrieron el pasado 23 de diciembre de 2017 en la colonia Villas Santín, Toluca, Estado de México donde el novio de Alejandra Salinas Castillo, maestro de su hijo, llegó a su casa, el menor abrió la puerta, este lo golpeó, ella intervino y el sujeto la agredió.
El menor quien quedó inconsciente por la agresión, al despertar se percató que su madre estaba “dormida”, se acercó a ella, y está no despertó, por lo que llamó a los vecinos, estos avisaron al padre del menor quien vivía cerca y de quien estaba separado.
Dos meses después, las autoridades detuvieron al presunto atacante, Jesús Enrique, el profesor de twaekondo del niño con quien la occisa tenía un año de relación.
Alejandra fue asfixiada con una almohada, además, el agresor le cortó el dedo índice de la mano derecha.
Hoy, el testimonio del pequeño es una de las pruebas fuertes para encarcelar al sospechoso, sin embargo, la familia teme que el relato no sea suficiente para sentenciarlo por feminicidio y homicidio en grado de tentativa, pues afirma ser inocente y contrató un buen equipo de abogados.
Alejandra tenía 28 años de edad, y pese a su separación mantenía una “buena” relación con su ex esposo, con quien había pasado todo el 23 de diciembre cuando la asesinaron, motivo por el cual se presume el novio actuó de dicha manera.
“Se divorciaron porque él le doblaba la edad y no funcionaron; pero fue una separación madura. Se llevaban mejor separados que juntos, y él no dejó de hacerse cargo de los gastos del niño, incluso a veces le compraba ropa a ella, los llevaba a comer a restaurantes los fines de semana, etcétera. Tenían una relación muy cordial y muy estrecha”, explicó Nancy, la mejor amiga de Alejandra.
El caso salió a relucir nuevamente porque en este mes mayo esperan el juicio.
Fuente: Uniradio