De aquella tarde en que Anastasia Lechtchenko pasó el primer filtro de revisión en la penitenciaría de Tijuana no recuerda mucho. Es como si no hubiera existido aquel momento en que atravesó el alambre de púas, e intercambió la colorida camisa que llevaba por un suéter de algodón. Recuerda algunas sensaciones: el sopetón de agua […]