La muerte de Kobe Bryant estremeció al mundo y, en esta oportunidad, la noticia se aleja de los datos y de lo que le sucede al entorno. Es que un religioso arrojó una declaración que roza lo ridículo y hasta lo inmoral.
El pastor africano Nigel Gaisie aseguró que tiene el poder de revivir al bastquetbolista y a su hija Gianna por una exorbitante suma. En diálogo con el diario The Standard, detalló cuáles son sus conocimientos al respecto.
“El señor me llevó al mundo de los espíritus y he visto caer a un gran hombre, al cual América llora. Luego, el Señor me dio instrucciones de anunciarle a la familia de este hombre, a la embajada estadounidense en Ghana y al mundo entero que Él, el señor, no ha sancionado su muerte.
Le cuento a la familia y a todos que, si acuerdan pagar mis diezmos y ofrendas, los usaré como un recipiente para resucitarlo a él y a su hija”. Claro, su servicio -incomprobable- tiene un costo de 500 millones de dólares, aunque el africano aclaró que aceptaría hacer el trabajo por el 10% (50 millones).
“No es que vayan a saltar y salir corriendo, pero si tenemos éxito estarán técnicamente vivos”.
Así lo asegura Iro Pastor, el director de Reanima, un proyecto de la empresa estadounidense de biotecnología Bioquark que acaba de obtener el permiso para tratar de revivir parte del cerebro de pacientes que han sido declarados clínicamente muertos.
Y reivindica: “No somos unos doctores Frankenstein. Trabajamos dentro de los límites del sistema tradicional de salud”.
Se refiere a que son las juntas de revisión del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental de Estados Unidos y de India las que han aprobado la iniciativa.
A lo que añade que ahora están trabajando con el hospital Anupam de Rudrapur, una ciudad del norte de India, para seleccionar allí a los pacientesindicados.
Deben ser pacientes que tras sufrir un accidente u otro tipo de trauma han sido declarados clínicamente muertos, pero que siguen conectados a aparatos de soporte vital.
Esto es, personas sin actividad alguna en el sistema nervioso central -el complejo sistema que se encarga de percibir estímulos procedentes del mundo exterior, procesar la información y transmitir impulsos a nervios y músculos- y que hayan perdido el potencial para la conciencia y la capacidad de respirar.
“Acabamos de recibir la aprobación para seleccionar los primeros 20 pacientes y estamos trabajando con el hospital para identificar a familias que tengan algún miembro clínicamente muerto y que por barreras religiosas o condiciones médicas de algún tipo no puedan donar sus órganos”, explica Pastor en conversación con BBC Mundo.
Varias terapias
Los investigadores detrás de Reanima creen que las células madre del cerebro podrían ser capaces de borrar su historia y de empezar a vivir de nuevo, basándose en el tejido que las rodea.
Es un proceso que ya se ha visto en animales, como en el caso de la salamandra, cuyas extremidades vuelven a crecer infinitamente.
Asimismo, otras especies de anfibios y algunos peces también pueden regenerar una porción considerable de su cerebro incluso después de haber sufrido un trauma grave.
Así, basándose en ese principio, los científicos utilizarán varias terapias para tratar de revivir partes de cerebros de humanos clínicamente muertos.
“Es una iniciativa compleja y combinaremos instrumentos de la medicina regenerativa con otros que se utilizan normalmente para estimular el sistema nervioso central de pacientes con graves desórdenes de conciencia”, señala.
En concreto, inyectarán la médula espinal con células madre cada dos semanas y con un cóctel de péptidos cada día, y estimularán las neuronas con láser, entre otras técnicas.
En India
Todo ello lo llevarán a cabo en el hospital indio. “Escogimos hacerlo en India por dos motivos”, explica Pastor cuando BBC Mundo le pregunta por qué decidieron llevar a cabo el proyecto en ese país y no en EE.UU.
“Por una parte está la razón económica: los costos en EE.UU. serían de US$10.000 por paciente, mientras en India son de US$1.000″, dice.
“Y por la otra, en India no se puede tener un cadáver vivo conectado a una máquina tanto tiempo como en otros países”.
BBC Mundo se puso en contacto con el Consejo Médico de India, el ente encargado de estudiar el proyecto y aprobar el permiso ético, y la única respuesta que obtuvo es que los términos del acuerdo son confidenciales.
Y la página de internet de la institución dependiente del Departamento de Salud de EE.UU. competente en este caso solo señala que es “un concepto aprobado”.
A pesar de que se considere que estos pacientes están clínicamente muertos, sus cuerpos siguen digiriendo el alimento y reaccionan, entre otros, a los estímulos sexuales.
Así lo sugieren estudios recientes, que indican que tras sufrir una muerte cerebral quedaría algo de actividad eléctrica en el cerebro y seguiría circulando la sangre.
Preguntado sobre si esto no les genera ningún dilema ético, el director del proyecto contesta:
“Los dilemas éticos no tienen cabida. Son casos terribles de gente que ha perdido a su hijo de 17 años por un accidente de moto”.
Y añade: “Tenemos el permiso de las instituciones y el de las familias. Estamos bien cubiertos”.
Más allá de los dilemas éticos, la tarea de revivir un cerebro o partes del mismo es un reto científico mayor.
“Merece la pena hacer la prueba”, dijo a BBC Mundo el doctor Guoping Fan, profesor del Departamento de Genética Humana de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles.
El experto advirtió, sin embargo, que se presentarán obstáculos mayores en el caso de pacientes que hayan estado en estado vegetativo durante muchos años.
“Es como un automóvil muerto, que requiere que le cambies muchas partes para que funcione”, indicó.
Por su parte, el doctor Dean Burnett, neurólogo del Centro para Educación Médica de la Universidad de Cardiff, en Reino Unido, es escéptico sobre la investigación.
“Salvar algunas partes puede ser útil, pero falta un largo recorrido para resucitar todo el cerebro en un estado funcional y sin daños”, advirtió Burnett al diario británico Telegraph.
“Aunque ha habido numerosas demostraciones recientes de que el cerebro y el sistema nervioso quizá no son tan inmutables e irreparables como se creía, la idea de que la muerte cerebral podría ser fácilmente reversible parece descabellada dadas nuestras actuales habilidades y conocimiento de la neurociencia”, agregó.
Los investigadores de Reanima esperan tener los primeros resultados de sus pruebas dentro de dos o tres meses. Entonces, se sabrá cuán cerca o lejos están de conseguir sus objetivos.