Esa mañana tres recién nacidos ya habían muerto. El día había comenzado con los riesgos habituales: la escasez de antibióticos, soluciones intravenosas y alimentos. Luego, un apagón eléctrico se extendió por la ciudad y los respiradores de la sala de maternidad dejaron de funcionar. Durante horas los médicos mantuvieron vivos a los recién nacidos enfermos […]