¿Por qué los perros son más amigables que los gatos?
¿Alguna ocasión has pensado en adoptar una mascota, como un perro o un gato?, ahora sabrás cuál es tu mejor opción.
Cuando a una persona se hace la pregunta de por qué prefiere a un perro sobre un gato, la respuesta suele ser que uno es muy dependiente y el otro es totalmente lo contrario, es por eso que existen amantes de los gatos mientras que otros se mantienen con el ‘mejor amigo del hombre’.
Es probable que un perro demuestre más su cariño a su dueño porque al momento de este llamarlo, ellos corren al sonido de su voz para conseguir una caricia o algún gesto de aprobación. Esto no sucede de la misma forma, con los gatos. De hecho, cuando se llama a un gato es posible que nunca atienda al llamado, si quiere de su atención se cruzará entre sus piernas o le maullará.
Sin embargo, estos argumentos superficiales no son los únicos que existen alrededor de esta idea de que los gatos no son tan sociables como los perros, existe un estudio que habla sobre dos genes muy importantes en estas mascotas y que también lo contienen los humanos, esta cuestión lleva el nombre de síndrome de Williams-Beuren.
Este gen es un trastorno que hace que el ser desarrolle una extrema sociabilidad. Este estudio se realizó en la Universidad de Oregón y también la Universidad de Princeton y los genes que se encontraron fueron los mismos que en el humano es visto como un trastorno y en perros se presenta como una mutación de estos dos cromosomas.
Para dar una explicación sobre esto, se investigaron a 18 perros de diferentes razas e inclusive 10 lobos criados en cautiverio, se llegó a la conclusión que, aunque los dos convivieran con humanos, los perros demostraron un mayor nivel de sociabilidad que los lobos. Aunque son del parecido, solo se igualan entre personas y perros.
En los humanos este trastorno tiene una apariencia física que les hace parecerse a un elfo, no obstante, en los perros no tiene ningún síntoma físico ya que solo el cromosoma que afecta es el 6, en cambio en el humano es el 7. Incluso, puede que en algunos se note más la simpatía que en otros, es decir, todo lo contrario, y sean más bravos de lo habitual.
Aunque esto no incluya a los gatos, naturalmente estos animales son aptos para vivir con cualquier ser humano, dado que la fama que tienen sobre ser independientes no les quita los buenos animales de compañía que son.