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Revelan videos de extorsión dentro de reclusorios

El dormitorio 7 del Reclusorio Preventivo Norte de la Ciudad de México es lo más parecido a un call center. Solo que ahí los “operadores”, que son los internos de esa cárcel, no llaman por teléfono para levantar encuestas ni ofrecer tarjetas de crédito o vender algo. Desde ese centro de readaptación social se dedican a extorsionar y a secuestrar de forma virtual.

Por primera vez desde que hace años empezaron a operar en las cárceles del país bandas de extorsionadores y secuestradores, un medio, Grupo Imagen, presenta documentos fílmicos que no dejan lugar a dudas de lo que en el Reclusorio Preventivo Norte de la Ciudad de México está pasando al amparo de los custodios del lugar, como se aprecia en las imágenes presentadas por Ciro Gómez Leyva en Imagen TV.

Los datos a nivel nacional sobre las extorsiones y secuestros virtuales desde las cárceles son cifras negras. Pero han sido públicos y conocidos los casos en las prisiones de Tamaulipas, Guanajuato, Chiapas, Morelos, entre otros.

La documentación fílmica que obtuvo Grupo Imagen, es sólo una pizca de lo que desde hace más de diez años sucede en las cárceles de México, no obstante las advertencias impuestas cuando alguien llama desde un teléfono de alguna cárcel, pero que eso se evada con un smartphone, como se puede ver en el documento periodístico.

Ninguno de los reos que aparecen en estos videos, grabados con gran audacia y sentido de lo que quería denunciar por un interno de ese centro carcelario, que documentó 30 horas de delitos con una cámara escondida, se toma a juego lo que hacen. Todos son profesionales en su “trabajo”: maestros de la manipulación, intimidadores, cínicos, farsantes, sembradores de pánico.

Se instalan en lugares donde pueden recibir mejor la señal y hay hasta quienes han montado lo más parecido a un escritorio, sobre una estructura metálica que fue de un banco, en pleno paso de internos y custodios, sin inmutarse.

Además, la escena es natural para el resto: quienes pasan por el lugar donde se cocina una extorsión desde un teléfono celular y escuchan a los extorsionadores siguen su camino sin que les importe. Igual sucede con los dos custodios que se aprecian en el video, uno de ellos identificado como “Crispín”, que incluso habla frente a la cámara escondida del interno grabador sobre lo que cuesta tener un “fon” (teléfono celular) para poder extorsionar: “dos varos (dos mil pesos) por turno”, con la advertencia de que si se da de “alta”, es un compromiso que tiene que cumplir semanalmente sin falta.

Y sin saberlo, “Crispín”, grabado en la caseta del anexo 8 de esa cárcel y que reporteros de Imagen TV identificaron afuera del Reclusorio Norte, delata los apellidos de los jefes a quienes se debe pagar cuota por tener un teléfono celular para cometer delitos desde la prisión: (Marcos) “Márquez” y “Jaramillo”.

Con información de Caenanoticias

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