El preso más guapo firma un contrato como modelo
El retrato de la comisaría de Jeremy Meeks ha hecho lo que él no puede. Desde hace un mes su imagen, con esa penetrante mirada azul, labios carnosos y el tatuaje de una lágrima en el ojo izquierdo, está dando la vuelta al mundo gracias a las redes sociales. El mismo mes que este californiano de 30 años lleva entre rejas a la espera del juicio por los 11 delitos de los que está acusado, entre ellos posesión de un arma, evadirse de las autoridades y robo a mano armada. La fotografía de su ficha policial obtuvo 100.000 “me gusta”. Una imagen que ahora le puede brindar una nueva carrera como modelo. Según el portal TMZ, Meeks ya cuenta con un agente y un contrato para cambiar el mono naranja que viste en prisión por algo más a la moda. Meeks ha firmado un contrato con la agencia Blaze Modelz, con sede en Santa Mónica (California, EE UU), según confirmó su representante Gina Rodríguez.
La historia conocida del bad boy viral es la que consta en los archivos de la policía, los mismos que le dieron la fama cuando la foto de su detención saltó a las redes sociales. Casado y padre, Meeks nació en Stockton (California, EE UU). Su arresto tuvo lugar hace un mes, cuando la policía le dio el alto y le encontraron un arma en el coche. Durante más de una década Meeks ha sido una presencia constante en los tribunales, y ha llegado a pasar dos años en prisión acusado de robo. El próximo 8 de julio tendrá que comparecer de nuevo ante el juez para responder de los 11 cargos que se le imputan. Una jornada que realmente marcará el futuro de Meeks dado que para trabajar como modelo y lucir el palmito por las pasarelas internacionales, para mostrar su cuerpo trabajado en el gimnasio y subrayado por numerosos tatuajes de pandillero, primero tendrá que estar en libertad.