La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó hoy un informe en el que expresa su preocupación por la enorme cantidad de niños pequeños que sufren sobrepeso en el mundo.
La obesidad entre niños ha alcanzado niveles “alarmantes” a nivel mundial, y se ha convertido en una “pesadilla explosiva” en los países en desarrollo, indicó.
En total hay unos 41 millones de niñas y niños con sobrepeso u obesidad, denuncia el reporte, realizado por la Comisión contra la Obesidad Infantil. La cifra equivale a un 6.1 por ciento del total de los menores de ese grupo de edad, frente a los 31 millones (4.8 por ciento) que se registraban en 1990.
El mayor aumento de niños con este problema se registra en países con ingresos bajos y medios. En 2014 había allí 15.5 millones de niños con sobrepeso, más del doble que en 1990 (7,5 millones). Casi la mitad de los niños demasiado gordos vive en Asia, el 48 por ciento, y un cuarto en África.
La Comisión presenta numerosas propuestas directamente a los países afectados. “Es necesario un mayor compromiso político para hacer frente al desafío global del sobrepeso y la obesidad infantiles”, afirma el copresidente de la Comisión, Peter Gluckman.
“Los niños con obesidad tienen muchas probabilidades de seguir siendo obesos como adultos y están en riesgo de sufrir enfermedades crónicas”, subraya la OMS, por lo que la tendencia actual tiene “el potencial de negar muchos de los beneficios a la salud que han contribuido a aumentar la esperanza de vida”.
Las causas que explican la obesidad infantil son factores biológicos, un acceso inadecuado a comida sana, una menor actividad física en las escuelas y la desregulación del mercado de alimentos grasos, apunta el texto.
Entre las propuestas presentadas están crear estándares generales para la comida en las escuelas, un impuesto al azúcar o limitar la publicidad de los alimentos que no son sanos.
Gluckman reconoció que las recomendaciones del informe son de sentido común. Sin embargo, añade, esas recomendaciones no se han aplicado de forma apropiada en ningún lugar del mundo. El resultado es que el número de niños con sobrepeso ha pasado de 31 millones a 41 millones entre 1990 y 2014.
La OMS señala que muchos países en los que la población pasa hambre tienen a su vez un problema de obesidad infantil, porque los menores desnutridos tienen un mayor riesgo de sufrir sobrepeso cuando consiguen comer más y adoptan un estilo de vida sedentario.
“La obesidad infantil muchas veces es subestimada como un problema de salud pública en este contexto, donde culturalmente un niño con sobrepeso es considerado un niño sano”, señalan los expertos.
Por lo general, la obesidad infantil está causada por alimentos y bebidas con demasiada azúcar, sal y grasas, así como por la ausencia de actividad física.
Además, los bebés nacidos de una madre obesa o con diabetes tienen una mayor probabilidad de tener a su vez sobrepeso.
La obesidad en niños puede causar varias enfermedades, como de corazón y diabetes, y puede contribuir a depresiones y bajo rendimiento escolar, según la OMS.
El parámetro para establecer el sobrepeso es el índice de masa corporal, que se calcula sobre la base de la altura y el peso.
Según los autores del informe, existen dos procesos biológicos que exponen a un niño a la obesidad.
El primero, llamado “desfase”, resulta de una malnutrición durante el embarazo y los primeros meses de vida, que puede tener un impacto en las funciones genéticas y hacer que el niño sea más proclive a sufrir sobrepeso más adelante.
El segundo proceso, llamado “de desarrollo”, puede ocurrir cuando la madre embarazada es obesa o padece diabetes. Esto “predispone al niño a un exceso de grasa asociado a problemas de metabolismo y a la obesidad”, reza el informe.
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