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Todo listo para el festival Baja Sand en su octava edición en Playas de Rosarito (VIDEO)

Las primeras figuras en arena que formarán parte de la exhibición del Festival Baja Sand a celebrarse los próximos 27 y 28 de agosto ya se encuentran listas, y dan cuenta de la espectacularidad y el talento de los artistas nacionales e internacionales que participan en este magnífico evento, el más importante en su tipo en Latinoamérica.

Los escultores, Manuel Campos y Jairo Contreras, de Colombia; Rubén Rebata de Perú; Bert Adams, de Canadá, Calixto Molina, Rogelio Evans, de Acapulco, México; así como Víctor Amaya, escultor local, cumplen una semana de infatigables trabajos creativos que ya se pueden admirar en la playa colindante al Muelle del Hotel Rosarito.

Los artistas, han detallado minuciosamente cada una de sus obras utilizando técnicas que permiten moldear adecuadamente la arena, para lograr la grandeza de cada una de las esculturas elaboradas y las que faltan por hacer, hasta concluir las 23 que darán vida a la exhibición de la octava edición del Festival de Arte en Arena Baja Sand, cuyo lema es “El Cielo es el Límite”.

El organizador del evento, Víctor Loza, mencionó que se trabaja a buen ritmo, por lo que las figuras de ese maravilloso arte efímero estarán listas para el día de la inauguración, donde además se ha previsto un importante festival artístico y deportivo que dará el marco ideal para este festival, que se espera atraiga a por lo menos 15 mil personas.

Loza Bazán, mencionó que el evento es gratuito, por lo que invitó a la población y extranjeros a disfrutar de este magno festival, que cada año crece más en dimensiones y en el gusto de la gente que tiene la oportunidad de admirar verdaderas obras de arte, de manos de artistas de renombre que cada vez suman más para lograr un espectáculo único en su tipo.

Fuente: Uniradio

 

Tras 130 años, científicos encuentran “Octava Maravilla”

Después de más de un siglo de ser enterrado por una erupción volcánica, las terrazas rosadas y blancas de Nueva Zelanda, largamente perdidas, podrían finalmente haber sido redescubiertas bajo capas de ceniza y barro.

Una vez aclamado como una maravilla natural del mundo, y los mayores depósitos de sílice de su clase en la Tierra, se temía que estas terrazas fueran destruidas por la erupción de 1886 del Monte Tarawera.

ero ahora los investigadores dicen que han localizado donde fueron enterradas, y sospechan que algunas de ellas se han conservado todo este tiempo.

“Se convirtieron en la mayor atracción turística en el hemisferio sur y el imperio británico, y los turistas realizaron toda una travesía desde el Reino Unido, Europa y América para verlos”, dijo Rex Bunn a The Guardian.

“Pero nunca fueron investigados por el gobierno de la época, por lo que no había registro de su latitud o longitud”.

Durante el apogeo, las terrazas rosadas y blancas de Nueva Zelandia fueron catalogadas como los depósitos más grandes de la sílice “sinter”” en el planeta.

La sinterización ocurre cuando un manantial mineral o géiser deposita suficiente sedimento para formar una corteza, creando montículos naturales, terrazas o conos alrededor del suministro de agua. Había una “terraza blanca”, que se sentaba en el extremo noreste del lago Rotomahana, en el norte de Nueva Zelanda, y la “terraza rosa”, que estaba en otra orilla cercana.

Se cree que el tono rosado encontrado en algunas de las terrazas fue probablemente debido a la presencia de colonias extensas de una bacteria pigmentada, como el Thermus ruber, parientes de los microorganismos que habitan la famosa piscina de Morning Glory en Yellowstone.

El monumento

El mítico monumento neozelandés que se creía destruido por la erupción volcánica del Monte Tarawera en 1886, las Terrazas Blancas y Rosas podrían no estar destruidas.

Las terrazas se encontraban en los bordes del lago Rotomahana hasta que el 10 de junio de 1886 entró en erupción el Monte Tarawera, causando un cataclismo equivalente al que originó la bomba más potente de todos los tiempos, la del Zar. El cráter quedó rellenado por el agua del lago.

Las terrazas, al igual que el famoso Pamukkale de Turquía, se formaron a través de grandes cantidades de bicarbonato de calcio arrastradas por el agua caliente.

Posteriormente se precipitaron en forma de carbonato cálcico creando extensas capas de caliza y travertino.

La ubicación nunca ha sido un secreto, las terrazas se encontraban en los bordes del lago Rotomahana hasta que el 10 de junio de 1886 entró en erupción el Monte Tarawera. Años después, el cráter quedó rellenado por el agua del lago.

Por tanto y siguiendo la teoría aceptada durante todo este tiempo, se creía que estas hermosas escaleras de agua que descendían al lago fueron destruidas.

Sin embargo, un equipo de investigadores afirma haber encontrado la ubicación de las terrazas, y lo mejor de todo es que piensan que todavía pueden existir bajo el lodo y la ceniza.