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Etiqueta: monja

Buscan a mujer que se hace pasar por monja para estafar y robar

La Diócesis de Tabasco alertó a sus feligreses sobre la presencia de una mujer llamada Minerva Ruth Delgado Herrera, que se hace pasar por monja para cometer diversos delitos, como ya ha ocurrido en estados del norte y bajío del país.

A través de un comunicado, la iglesia católica en el estado informó que esta fémina dice que pertenece a la comunidad de las Misioneras Franciscanas de Cristo Pobre, sin embargo, ya se solicitó información a esta congregación y les informaron que no la conocen y que tienen conocimiento que ha estafado en otras entidades bajo la misma forma de operar, que es engañar a los hogares haciéndose pasar por religiosa.

Esta persona tiene un historial delictivo en el norte del país y en el bajío, les suplicamos de la manera más atenta a que informen a sus comunidades sobre esta persona, para prevenir la posibilidad de que sean víctimas de algún de tipo de ilícito”, advirtió la iglesia católica.

“Si tuvieran conocimiento de alguna situación en referencia a lo anterior, agradeceremos notifiquen a la Curia Diocesana para dar seguimiento y atención puntual al caso”, pidieron en un comunicado que ha sido emitido este miércoles y enviado a todas las ermitas del estado.

Se tiene conocimiento que esta mujer viene operando como defraudadora y cometiendo robos desde el 2015, cuando fue detenida en Durango, luego que se hizo pasar por monja y se ganó la confianza de un matrimonio de la tercera edad, a quienes terminó robando sus pertenencias.

En el 2018, también ya intentó robar a unas personas mayores de edad, en la ciudad de Camargo, Chihuahua, pero se desconoce por qué la han dejado en libertad.

Kumiko, la monja que entregaba niños a pederastas

El caso es aberrante y sorprende por la crueldad de los hechos denunciados.Pero la conmoción es mayor porque no sólo está en el centro de la escena una mujer, sino una religiosa japonesa, encargada de guiar espiritualmente a los niños más vulnerables del Instituto Antonio Próvolo de la localidad argentina de Mendoza.

Kosaka Kumiko, de 42 años, se convirtió en la “monja mala”, la “entregadora”. El testimonio de las víctimas ha sido crucial para que fuera remitida al penal de mujeres de Cacheuta, en medio de la montaña mendocina.

Inmutada y enfundada en su pulcra vestimenta gris, negra y blanca, Kumiko llegó ayer a Mendoza desde Buenos Aires y declaró ante la Justicia durante nueve horas, después de un mes de estar prófuga. La mujer negó todos los hechos, a pesar de estar acusada en tres casos.

ENTREGABA A LOS NIÑOS A LOS ABUSADORES

El testimonio que más sorprende es el de una joven de 17 años que aseguró que cuando tenía 5 le colocó un pañal tras ser violada por uno de los otros cinco imputados para ocultar el sangrado.

La víctima apuntó en su testimonio, en lenguaje de señas, a una monja con “rasgos achinados en el ojo” sobre la que dijo que “fue quien le puso el pañal tras la violación que sufrió, ocultando y teniendo conocimiento que había sido violada, lo cual la hace cómplice primario del delito del abuso”.

Con sus razones, los chicos la bautizaron “la monja mala”. No sólo participaba activamente de los abusos, sino que les gritaba y los maltrataba. Y en el peor de los casos, los entregaba, una vez que tenía estudiada a la víctima.

“No sabía nada de los abusos. Velaba por los niños”, dijo tajante ante el fiscal, que decidió imputarla, con una larga calificación: “Comisión por omisión del delito de abuso sexual con acceso carnal, en concurso ideal, con abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por ser el autor encargado de la guarda, y por ser cometido contra un menor de 18 años de edad aprovechando la situación de convivencia preexistente con el mismo”.

DE LOS HÁBITOS A LA PRISIÓN

Kumiko nació en Japón, pero tiene nacionalidad argentina y llegó al país sudamericano con su familia en 1977. Sus padres fallecieron y, a pesar de contar con tres hermanos, no tiene relación con ninguno. Uno en vive en Japón, otro en Buenos Aires y el restante en España.

El noviciado fue su elección cuando era muy joven y en el 2000 recibió los hábitos, bajo la Congregación de Hijas de María Santísima del Huerto, que tiene sede en la localidad de Eugenio Bustos, en el departamento de San Carlos, pero también en Buenos Aires.

Tras el pedido de captura internacional, Kumiko había sido vista por última vez en la localidad bonaerense de Bella Vista, en el partido de San Miguel donde impartía clases de catequesis. Hacía cuatro años que había abandonado Mendoza.

En tierra cuyana, trabajó sus primeros años en el colegio de referencia de la cofradía en el Valle de Uco. Luego, fue trasladada al Instituto Próvolo, en Luján de Cuyo, donde se encargaba de acompañar física y espiritualmente a las niñas que dormían en el albergue, la mayoría sordas, quienes recién ahora se animaron a contar lo peor que vivieron con ella.

Estuvo al cuidado de los menores desde el 2004 hasta el 2012. Para las víctimas de la “monja mala” fueron ocho años sórdidos.

A la espera del avance de la causa, Kosaka Kumiko enfrenta una pena que va de los 10 a 50 años de cárcel.

Con información de El Debate

Deja las pasarelas para ser monja

“Pudo ser una gran candidata a Miss México pero recibió el llamado de Dios al cual se dedicará”, anunció la organización del concurso. 

Esmeralda tiene 22 años y fue elegida en 2016 para representar a su población, Valle de Guadalupe, en el certamen de belleza de la que saldría la reina de Jalisco. Pero, antes de llegar a esa instancia, renunció al concurso y a sus estudios de nutricionista para tomar los hábitos.

 “Yo era muy feliz con todo lo que tenía, pero no se compara con la felicidad que Dios coloca en mi corazón ahora”, dijo la joven en una entrevista con la Agencia Católica de Informaciones (ACI).

La ex reina, nacida en el seno de una familia católica, ahora está en un convento de Cuernavaca. Asegura que su vocación se despertó desde los 14 años cuando asistió a misiones y campamentos con las misioneras clarisas.

“Me di cuenta que debía hacer un espacio en mi vida para saber qué era lo que Dios tenía planeado para mí”, agregó.

Sobre el cambio de vida que ha tenido desde su decisión, Esmeralda Solís dijo: “el cambio es difícil para la familia porque implica el desapego, pero siempre he tenido el apoyo de mis papás, hermanos y amigos verdaderos”.

La exreina hizo un llamado para quienes, como ella, han sentido el llamado a la vida religiosa. “No hay que tener miedo. Si Dios te llama, Él se encarga de todo. Solo basta que se le reciba con mucha paz, alegría y confianza. Creo que el miedo es una gran excusa que se encarga de truncar la verdadera felicidad que solo Dios puede ofrecer”, afirmó en el diálogo con ACI.