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Etiqueta: más inteligente

Tu hijo podría ser más inteligente si lo tienes entre los 30 y 39 años: Estudio

Los primogénitos de madres treintañeras resultan más inteligentes que otros niños, según en las pruebas de desarrollo psicológico y de comportamiento.

Se desconoce si hay factores biológicos involucrados en esta diferencia, pero se cree que aspectos sociales y económicos podrían estar involucrados en esta ventaja que poseen los niños de las madres que dieron a luz entre los 30 y los 39 años, de acuerdo con la doctora Alice Goisis, autora del estudio.

“Madres primerizas en sus treintas tiene, por ejemplo, probablemente un mayor grado educativo, mayores ingresos y muy probablemente están en relaciones estables, tienen estilos de vida más saludables, tienen cuidados prenatales antes y planearon sus embarazos. Estos son factores que posiblemente ayudan a los niños a ser más sobresalientes”, explicó Goisis.

El estudio publicado en la revista Biodemography and Social Biology también señala que los primogénitos de las madres mayores de 40 años no tienen todas estas ventajas. En las pruebas de inteligencia de los hijos de estas mujeres tuvieron resultados similares a los vástagos de las mujeres que fueron madres primerizas alrededor de los 25 años, pero en el aspecto físico, presentaron cierto riesgo de obesidad.

“No está claro por qué estos niños les fue menos bien y mis resultados deben ser tratados con precaución, ya que mi muestra fue necesariamente pequeña, dado que pocas mujeres tienen a sus hijos después de los 40”.

De ahí que Goisis considere que so necesarios más estudios.

Para este trabajo se analizaron las pruebas psicológicas de niños de 5 años.

Según la investigadora, la importancia del estudio radica en que “debido a que más mujeres posponen dar a luz a su primer hijo, necesitamos observar de cerca los potenciales cambios en aspectos mentales, sociales y emocionales de los niños, así como las implicaciones para su salud”.

Con información: Noticias Yucatán

Olvidar te hace más inteligente

Durante mucho tiempo se creyó que la incapacidad de recordar representaba un fracaso de los mecanismos del cerebro para almacenar y recuperar información.

Según un nuevo artículo de Paul Frankland, investigador senior en el Programa de Desarrollo del Cerebro e Infancia del Instituto Canadiense de Investigación Avanzada (CIFAR, por sus siglas en inglés), y Blake Richards, un compañero asociado en el Programa de Aprendizaje en Máquinas y Cerebros, nuestros cerebros están trabajando activamente para olvidar.

 De hecho, los dos investigadores de la Universidad de Toronto, en Canadá, proponen que el objetivo de la memoria no es transmitir la información más precisa a lo largo del tiempo, sino orientar y optimizar la toma de decisiones inteligentes sólo aferrándose a información valiosa.
“Es importante que el cerebro se olvide de detalles irrelevantes y en su lugar se centre en las cosas que van a ayudar a tomar decisiones en el mundo real”, explica Richards.

“Encontramos abundantes evidencias de investigaciones recientes de que hay mecanismos que promueven la pérdida de memoria y que éstos son distintos de los que están involucrados en el almacenamiento de información”, subraya el profesor Frankland.

Uno de estos mecanismos es el debilitamiento o la eliminación de las conexiones sinápticas entre las neuronas en las que se codifican los recuerdos y otro mecanismo, apoyado por la evidencia del propio laboratorio de Frankland, es la generación de nuevas neuronas a partir de células madre.

A medida que las nuevas neuronas se integran en el hipocampo, las nuevas conexiones remodelan los circuitos del hipocampo y sobrescriben los recuerdos almacenados en esos circuitos, haciéndolos más difíciles de alcanzar, lo que puede explicar por qué los niños, cuyos hipocampos están produciendo más neuronas nuevas, olvidan tanta información.

OLVIDAR PARA ADAPTARNOS

Lo hace de dos maneras. En primer lugar, el olvido nos permite adaptarnos a nuevas situaciones dejando ir la información anticuada y potencialmente engañosa que ya no nos puede ayudar a desenvolvernos en los ambientes cambiantes.

“Si usted está tratando de navegar por el mundo y su cerebro está constantemente planteando múltiples recuerdos conflictivos, esto hace que sea más difícil tomar una decisión informada”, dice Richards.

La segunda forma en que el olvido facilita la toma de decisiones espermitiéndonos generalizar eventos pasados a otros nuevos.

En la inteligencia artificial, este principio se denomina regularización y funciona creando modelos informáticos simples que priorizan la información básica, pero eliminan detalles específicos, permitiendo una aplicación más amplia. Los recuerdos en el cerebro funcionan de una manera similar.

Cuando sólo recordamos la esencia de un evento frente a todos los detalles, este olvido controlado de detalles insignificantes crea recuerdos simples que son más eficaces para predecir nuevas experiencias.

En última instancia, estos mecanismos vienen indicados por el ambiente en el que estamos, ya que un entorno en constante cambio puede requerir que recordemos menos.

Por ejemplo, una cajera que conoce a muchas personas nuevas todos los días sólo recordará los nombres de sus clientes durante un corto periodo de tiempo, mientras que un diseñador que se reúne regularmente con sus clientes retendrá esa información durante más tiempo.

Del mismo modo, la investigación muestra que los recuerdos episódicos de las cosas que nos suceden se olvidan más rápidamente que los conocimientos generales a los que accedemos diariamente.

Con información de Europa Press