A las crías de los lobos marinos que habitan en las islas El Farallón de San Ignacio, Sinaloa y San Pedro Nolasco, Sonora, se les detectó una enfermedad similar a la viruela y al sarampión que ataca a los niños, reveló doctor Juan Pablo Gallo Reynoso.
El titular del Laboratorio de Ecofisiología del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo informó que iniciaron un estudio sobre la enfermedad que presentan las crías y algunos adultos machos y hembras, a causa de bacterias y virus.
Señaló que desde hace cinco años se percataron que los lobos en su etapa de crianza desarrollaban ulceras profundas que al parecer sanan de manera natural, pero desconocen si en el proceso hay mortandad u otros daños en su salud.
“Las crías de los lobos marinos de las islas El Farallón de San Ignacio y la de San Pedro Nolasco, que están más cercanas a los climas tropicales, presentaron esa enfermedad que el resto no tiene, no es contagiosa, pero no sabemos si causa mortandad”, externó.
Los animales enfermos, indicó, fueron marcados, previa toma de muestras para enviarlas al laboratorio de la Universidad Autónoma de México, donde determinarán qué es lo que está causando que aparezcan dichas ulceras en la piel a determinada edad.
Apuntó que la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, está interesada en conocer sobre esta enfermedad, dado a que las colonias de lobos que habitan en San Pedro Mártir, San Jorge y San Esteban no la han padecido.
POBLACIÓN A LA BAJA
La población de lobos marinos en el Golfo de California, señaló, en los últimos 50 años ha bajado considerablemente por varios factores en los que ha intervenido el humano.
Hace dos años, dijo, desapareció una colonia completa de alrededor de 2 mil que vivía en la Isla San Ángel de la Guarda, Baja California, por los efectos del fenómeno “El Niño”, mientras que otros machos fueron encontrados flacos o muertos en las costas de Jalisco.
Gallo Reynoso indicó que estos mamíferos también estuvieron expuestos a la caza para utilizarlos en la industria, de carnada en la pesca de tiburón, vender sus órganos sexuales a China y para alimento de los Seris.
“La población de lobos ha bajado por varios problemas, calculamos que son cerca de 34 mil los que hay actualmente en todo el Golfo de California, queremos conocer con este estudio que estamos realizando si la población se ha estado recuperando”, resaltó.
La lobera San Pedro Mártir, aseguró, es la más grande en el Golfo de California, pues es una zona denominada como Reserva de la Biósfera.
Mientras que la de San Pedro Nolasco, ubicada frente a la bahía de San Carlos Nuevo Guaymas, de una población de alrededor de mil 200 que había antes de que fueran usados como carnada para la pesca de tiburón pasó a 300 entre 1997 y 1998 y poco a poco ha ido recuperándose hasta llegar a los casi 800 que tiene hoy día.
ESCASEA EL ALIMENTO
El exceso de pesca y la falta de disponibilidad de la sardina afectan el desarrollo de los lobos marinos, pues es una de las principales fuentes de alimentos que hace que las hembras produzcan más leche para sus crías por la grasa que proveen al
comerlas.
Con el evento “El Niño” ocurrido hace dos años, dijo, la población sardinera se sumergió a profundidades en las que les fue imposible a estos animales pescarla y mantener con vida a las crías que nacieron en ese período.
“En esa época se encontraron lobos marinos hasta en Oaxaca, hubo una dispersión y mortandad, por lo regular los machos salen del Golfo de California para alimentarse y regresan en temporada reproductiva”, expresó.
Algunos animales de este tipo, mencionó, se han ido adaptando al calentamiento global y a incluir alimentos que antes no estaban dentro de su cadena alimenticia.
“Las hembras tienen sólo una cría por año, entonces si esa nace en un año bueno y después tiene otra en un año malo, va a alimentar al lobo juvenil porque tiene más posibilidad de sobrevivir, así contrarrestan este problema”, indicó.
ARTES DE PESCA AMIGABLES
Con apoyo del Centro Regional de Investigaciones Pesqueras, subrayó Gallo Reynoso, el CIAD diseña trampas para sustituir la captura de lenguado con redes que enmallan a los lobos marinos y en algunos casos causan su muerte.
Apuntó que un gran número de lobos, sobro todo los juveniles caen enmallados en redes porque tiene el hábito de andar comiendo lo que se encuentran en ellas.
Destacó que una vez que terminen las trampas serán llevadas a la lobera de San Jorge, donde han tenido más problemas de este tipo para que los pescadores las utilicen.
Fuente: El Imparcial