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Etiqueta: celulas

Personas altas con mayor riesgo de padecer cáncer

Billones de células forman nuestro cuerpo, no hay un hígado, un esqueleto, un corazón ni un ser humano estándar. Unos cuerpos son más grandes que otros, por lo que tienen más células y, según un nuevo estudio, una desventaja: acarrean un mayor riesgo de cáncer.

Para llegar a esta conclusión, el investigador calculó primero el aumento teórico del riesgo de cáncer en el caso de que la enfermedad estuviera relacionada con la altura. El resultado era de un 10% más por cada 10 centímetros de altura, una fórmula que se obtiene con métodos estadísticos que tienen en cuenta que algunos órganos tienen más células que otros y que ciertos tejidos renuevan sus bloques constituyentes incesantemente, mientras otros apenas lo hacen. Luego ha comparado el incremento teórico del riesgo con el que revelan cuatro grandes estudios de seguimiento a pacientes reales. La semejanza es notable: estos trabajos apuntan a un aumento de probabilidades del 13% en mujeres y alrededor de un 11% en hombres en comparación con aquellos cuya altura se encuentra dentro de la media (1,62 metros para ellas y 1,75 para ellos). Según sus cálculos, la teoría se cumple en la práctica.

Cuantas más células, mayor riesgo de que alguna se reproduzca anómalamente

El trabajo detalla cómo la relación se cumple en 18 de los 23 tipos de cáncer analizados (solo los de páncreas, esófago, estómago y boca se salvaron de la correlación). Además, el efecto de la altura es especialmente fuerte en los casos de melanoma, lo que sugiere que algún factor oculto eleva la tasa de división celular en la piel y, con ella, el riesgo de cáncer.

La causa de esta relación podría explicarse por el hecho de que una altura mayor implica tener un número más elevado de células, y esto redunda en que se produzcan más divisiones celulares a lo largo de la vida. Una cantidad mayor de divisiones celulares aumentaría el riesgo de que alguna de ellas escapara al control y comenzara a reproducirse anómalamente en forma de cáncer. Aunque “no podemos hacer gran cosa acerca del número de células que tenemos, quizá podamos centrarnos en las causas que hacen que aumente la tasa de división de cada célula”, dice Nunney. El responsable del grupo de investigación en Cáncer de la Universidad de Sevilla, Miguel López Lázaro, quien no ha participado en el estudio pero que también ha estudiado esta cuestión, coincide en que el problema está en “el número de divisiones que han tenido que acumular las células de cada órgano”.

López Lázaro aclara su postura con un ejemplo: “Tomar bebidas a unos 70 grados daña las células del esófago y el órgano tiene que reponerlas de manera más regular que en el caso de no tener este hábito. Como el esófago de una persona alta es más largo, tiene más células, pero si la persona alta tiene buenos hábitos podrá tener mucho menos riesgo de cáncer que una persona de menor estatura que acostumbre a tomar las bebidas muy calientes”, explica.

Fumar sigue siendo más peligroso que ser alto

Ambos científicos coinciden en la importancia de la prevención y en el mínimo efecto que la altura puede llegar a tener en el riesgo de cáncer. Fumar unos pocos cigarrillos cada día multiplica por 10 la probabilidad de tener cáncer de pulmón, mientras que para que la altura haga que se duplique la probabilidad de sufrir algún cáncer habría que comparar a un hombre de 1,52 metros con uno de 2,20. Lo más importante, por tanto, es no fumar y seguir otros hábitos saludables.

Por otra parte, y según ha observado López en su propia investigación, hay algunos casos de cánceres infantiles y de pulmón que no presentan un daño genético patogénico. Eso significa que las mutaciones, que aumentan conforme lo hace el número de divisiones celulares, no son las únicas causas del cáncer. Para él, la división celular es la principal sospechosa de este hecho y, de confirmarse que es así, la puerta a nuevas estrategias de prevención —como no tomar bebidas muy calientes para evitar las mutaciones— se abriría de par en par.

Fuente: El Pais

Crean nuevo medicamento que sumerge a las células cancerosas en un sueño permanente

Un equipo de científicos de Melbourne (Australia) ha descubierto un nuevo tipo de fármaco contra el cáncer que puede poner las células cancerosas a dormir de forma permanente, deteniendo su crecimiento y diseminación por el organismo.

Y sin efectos secundarios para las células sanas. Se trata, sin duda, de un nuevo hito en medicina que cambiará nuestra formar de tratar el cáncer, según publica la revista Nature.

La investigación, dirigida por Tim Thomas y Anne Voss del Instituto Walter and Eliza Hall, Jonathan Baell del Instituto de Ciencias Farmacéuticas Monash y Brendon Monahan de Cancer Therapeutics CRC, investigaron si la inhibición de KAT6A y KAT6B podría representar un nuevo enfoque para tratar el cáncer.

Se sabe que ambas proteínas – KAT6A y KAT6B- juegan un papel importante en la conducción del cáncer. KAT6A se encuentra en el número 12 en la lista de genes más comúnmente amplificados en cánceres, indica Muy Interesante.

“Desde el principio, descubrimos que el agotamiento genético de KAT6A cuadruplicaba la esperanza de vida en modelos animales de cáncer de sangre llamado linfoma. Armados con el conocimiento de que KAT6A es un importante factor de cáncer, comenzamos a buscar formas de inhibir la proteína para tratar el cáncer”, aclara Thomas.

Los trabajos de investigación se desarrollaron durante casi una década, requiriendo una fuerte colaboración entre expertos en investigación del cáncer, química médica y descubrimiento de fármacos.

La quimioterapia y la radioterapia funcionan causando daño irreversible al ADN.

Las células cancerosas no pueden reparar este daño y mueren. La desventaja es que estas terapias no pueden dirigirse solo a las células cancerosas y también pueden causar daño significativo a las células sanas.

Esto causa efectos secundarios bien conocidos a corto plazo, como náuseas, fatiga, pérdida de cabello y susceptibilidad a las infecciones, así como efectos a largo plazo, como infertilidad y un mayor riesgo de desarrollar otros tipos de cáncer.

“Esta nueva clase de compuestos detiene la división de las células cancerosas desactivando su capacidad de ‘activar’ el inicio del ciclo celular. El término técnico es la senescencia celular. Las células no están muertas, pero ya no pueden dividirse y proliferar. Sin esta capacidad, las células cancerosas se detienen en seco”, explica Voss.

“Todavía hay mucho trabajo por hacer para llegar a un punto en el que esta clase de medicamentos pueda ser investigada en pacientes con cáncer humano. Sin embargo, nuestro descubrimiento sugiere que estos medicamentos podrían ser particularmente efectivos como un tipo de terapia de consolidación que retrasa o previene la recaída después del tratamiento inicial”, continúa Voss.

“La posibilidad de brindarles a los médicos otra herramienta que podrían usar para retrasar sustancialmente la recurrencia del cáncer podría tener un gran impacto para los pacientes”, concluye.