La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Anenecuilco, Morelos, fue marcado por la protesta de familiares del general Emiliano Zapata Salazar, integrantes de la UNTA y organizaciones civiles que le reclamaron la exhibición de la pintura del Zapata afeminado, el Plan Integral Morelos y la Termoeléctrica, así como el nulo avance de las investigaciones del activista Samir Flores.
Los manifestantes encararon al presidente e intentaron atajar su camino hacia la calle Independencia que conduce hacia el campo, donde se realizaría el evento oficial, pero la guardia personal del Ejecutivo federal sorteó el cerco que pretendían imponer los integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), simpatizantes de Jorge Zapata, nieto del general Emiliano Zapata Salazar, así como habitantes del pueblo indígena de Amilcingo.
Una vez que el Presidente y su comitiva pasaron las vallas de seguridad, los manifestantes empujaron con fuerza para tratar de derribar el cerco, pero del otro lado enfrentaron la fuerza de varios elementos vestidos de civil.
Uno de ellos, vestido con pantalón color beige, playera deportiva, color negro, cruzó palabras altisonantes con un hombre alto, de tez blanca, integrante de la UNTA, que empujaba con mucha fuerza para derribar las vallas metálicas.
Ambos se miraron y el joven dirigió su mano derecha hacia una “cangurera”, colgada al pecho y sacó una pistola escuadra, color negra, con la que amagó a su rival. “¡Trae una arma, trae un arma!”, gritaron los manifestantes y enseguida otros elementos rodearon al joven que había exhibido su arma de cargo, y lo sometieron por la fuerza.
“Déjenme, déjenme. Soy de un grupo especial, soy de un grupo especial”, gritó el joven, pero entre tres hombres lograron despojarlo de su arma y después le ordenaron que saliera de la escena. Más tarde se le vio en el cerco principal del evento, pero el Presidente ya no regresó por ese sitio. Lo sacaron por unos cañaverales para librar la protesta de los manifestantes que lo esperaban en el zócalo de Anencuilco, cuna del zapatismo.
Las protestas de Jorge Zapata y las organizaciones civiles fueron divulgadas desde el viernes pasado, pero el Presidente y su comitiva pasó justo en medio de los banderines de la UNTA y la gente que acompañaba al nieto del general revolucionario.
Otros funcionarios de gobierno estatal eludieron la protesta e ingresaron por una casa cuyo patio conduce hacia el campo ejidal, donde fue instalado el templete y las sillas, pero al Presidente lo condujeron por la calle donde estaba el grueso de los manifestantes.
El López Obrador llegó al zócalo de Anenecuilco alrededor de las 12:40 horas, no obstante, su presencia era esperada desde las 10:00 por los manifestantes, cuyos integrantes leyeron una carta abierta donde expresaron que la visita presidencial significó un acto de provocación a la justa y digna lucha de los pueblos.
“No hay peor ofensa al insigne general Emiliano Zapata que aquellos actos del gobierno que vulneran a los campesinos, queriendo hacer pasar de manera inverosímil la entrega del agua y la grave contaminación generada en nuestros territorios”, expresaron en referencia a la termoeléctrica de Huexca.
Por la tarde la Comisión Estatal de Seguridad Pública (CES) informó que, con respecto a la nota que circula en redes sociales en donde se ve a un elemento de civil portando un arma de fuego, durante la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, la CES reconoce que dicho elemento pertenece a esta corporación.
“La CES ha instruido a la Dirección de Asuntos Internos tome la declaración del elemento y proceda con la sanción que corresponda, toda vez que se ordenó que el personal de la CES que participaría en el operativo de seguridad de civil lo hiciera desarmado”, citó la dependencia en un comunicado.
Por: El Mexicano.