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Etiqueta: alimentaria

Demandados por tener años sin mantener a sus hijos

  • Dos tecatenses están acusados por incumplir sus obligaciones de asistencia familiar.

La Fiscalía Regional de Tecate, recabó datos de prueba con los cuales fue posible presentar cargos penales en contra de dos hombres acusados, en casos distintos, del delito de incumplimiento de las obligaciones de asistencia familiar.

El primer imputado, Simón “N”, está acusado de no haber cumplido con su obligación de proveer lo necesario para el desarrollo de su hijo menor, incluyendo alimento, vestido, educación y salud, desde enero de 2023 hasta mayo de 2024.

La autoridad judicial validó los elementos de la investigación y, el 12 de agosto de 2024, vinculó a Simón “N” a proceso. El Juez de Control otorgó un plazo de tres meses para el cierre de la investigación.

Por otro lado, Armando “N” dejó de cumplir con sus obligaciones desde el 25 de junio de 2018 hasta la fecha, sin causa justificada, dejando a su hija en total desamparo y sin proveer lo necesario para su desarrollo integral.

En el marco de su vinculación a proceso, la autoridad judicial impuso como medida cautelar la firma quincenal y otorgó un plazo de tres meses a la Fiscalía para la investigación complementaria.

Garantiza DIF Tecate seguridad alimentaria para la niñez

Familias tecatenses beneficiadas con programa de seguridad alimentaria

Crisis alimentaria en Venezuela obliga a las personas a hurgar en la basura

El panadero Julio Noguera llevaba una vida plácida hasta que la panadería donde trabajaba cerró por falta de harina de trigo. Hoy, este hombre de 50 años se ve obligado a buscar alimentos descartados en un basural de un mercado pues no ha vuelvo a conseguir trabajo.

“Vengo a buscar alimentos aquí porque si no me muero de hambre”, dijo Noguera tras rescatar del suelo una decena de papas que estaban en medio de un lote repleto de barro y con fuerte olor a humedad. “Con esta situación nadie ayuda a nadie, y nadie le da un plato de comida a alguien”.

La comida que rescata, señaló, la consume o la vende en la calle para llevar algo de dinero a su humilde vivienda en la popular barriada capitalina de Antímano donde vive junto a su hermana.

Noguera no está solo. El derrumbe de la economía como consecuencia de la caída de los precios del petróleo ha obligado a los venezolanos a convivir con una nueva realidad, en la que alimentarse resulta una batalla diaria y con frecuencia no queda otra alternativa que buscar comida en los basurales, desafiando la suciedad y el pútrido olor a alimentos descompuestos.

Una desbordada inflación, que se estima podría rondar este año el 720%, y una escasez de la mayoría de los artículos básicos están golpeando el estómago de más de la mitad de la población, según reveló una encuesta nacional sobre condiciones de vida de los venezolanos que realizaron en el 2015 tres de las principales universidades del país. El estudio también reveló que un 12 % de la población hace dos o menos comidas al día.

Las filas cada vez más largas de personas que se aglomeran desde la madrugada a las puertas de los supermercados y los crecientes casos de saqueos e intentos de saqueos de comercios han pasado a ser moneda corriente. Según la organización Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, en mayo pasado ocurrieron 52 saqueos y 36 intentos de saqueo, comparado con los 10 saqueos y 13 intentos de enero. Esas cifras han ido aumentando cada mes.

El fenómeno de la recolección de alimentos en los basureros no es algo nuevo en Venezuela y no está debidamente cuantificado, pero analistas coinciden en que en los últimos tiempos puede haber habido un aumento en este tipo de casos debido a la crisis económica.

“Parece bastante claro que hay proporciones muy importantes de la población que están empezando a intentar sobrevivir de la basura” en medio de la crisis, expresó el sociólogo Carlos Aponte, profesor-investigador del Centro de Estudios del Desarrollo de la estatal Universidad Central de Venezuela, quien estima que las condiciones de vida de los venezolanos se han agravado aún más este año en comparación con el 2015 y 2014.

Cada tarde, poco antes del anochecer, una inusual actividad atrapa la atención de centenares de presurosos transeúntes en la popular barriada de La Candelaria, en el centro de la capital. Un pequeño grupo de jóvenes, ancianos, y mujeres con niños pequeños, trajeados con humildes vestimentas y de delgada contextura, se aglomera en los alrededores de un improvisado depósito de basura instalado en medio de una acera al aire libre y comienzan a escarbar entre los desperdicios.

En el antiguo y anárquico mercado mayorista de Coche, al oeste de Caracas, los espacios dedicados al depósito de frutas y verduras descompuestas también se han convertido en centro de recolección para enfermeras, estudiantes, pequeños comerciantes, desempleados y hasta grupos familiares de origen humilde que viajan desde localidades vecinas como Charallave y Santa Teresa del Tuy, que están a unos 30 kilómetros al oeste de la capital, para rescatar alimentos de la basura.

La encuesta sobre condiciones de vida de los venezolanos del 2015, que elaboraron las Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar, reveló que un 76 % de la población está en pobreza de ingresos, superando considerablemente el registro del 2014, que fue de 52,6 %. Desde el 2013 las autoridades no difunden cifras sobre pobreza.

A pesar de la compleja situación económica, el mandatario Nicolás Maduro ha insistido en la defensa de los diferentes programas sociales, conocidos como las “misiones”, que creó su antecesor, el fallecido Hugo Chávez, para atender a los sectores más vulnerables del país.

Maduro sostiene que la crisis que enfrenta Venezuela es consecuencia de una “guerra económica” promovida por empresarios y sectores opositores que buscan desestabilizar el gobierno y golpear a los mayoritarios sectores pobres, donde se concentra el grueso de los seguidores del oficialismo.

En uno de los basurales, Mónica Espinosa, madre soltera de 38 años, desempleada y quien reúne algún dinero preparando salsas que vende a comercios, escarba entre los desperdicios junto con sus dos hijas, de 12 y 13 años. Agregó que antes de consumir los alimentos rescatados los limpia con agua caliente.

“Con la inflación que está pasando ahorita, la situación se pone bastante difícil hasta para la gente que trabaja”, comentó la delgada mujer de tez morena.

Con información de El Universal

Venezuela está al borde de la emergencia alimentaria

“Estamos raspando la olla”. Así resume su situación José Demarco, un uruguayo radicado en Venezuela desde la década de 1980, que sufre la escasez de alimentos y medicamentos, cada vez más crítica en el país petrolero.

El Parlamento, de mayoría opositora, anunció que declarará emergencia alimentaria nacional tras haberla declarado en la salud la semana pasada.

La intención es que “el país entero conozca la gravedad del tema”, expresó Julio Borges, diputado opositor.

José (56) es uno de los miles ciudadanos que lo sufren. Por ejemplo, desde hace “mucho tiempo” se baña con jabón del que se utiliza para lavar ropa. “Jabón de baño no se consigue por ningún lado”, explica.

La situación afectó su trabajo. Trabajaba en publicidad: pintaba carteles en las carreteras. Luego, se dedicó a vender tazas con logos. Hace unos años dejó de hacerlo por el aumento de los costos. “Como muchas cosas vienen de afuera, el precio hace que sea imposible trabajar en esto”, cuenta.

Su esposa, Ana, es jubilada. Por lo tanto, es la que más tiempo tiene para ir al supermercado. El Gobierno estipuló que sólo se puede ir a comprar a un supermercado, una vez por semana y en un día preestablecido. Para Ana son los viernes y, como todos, debe hacer cola “horas y horas”. “Al finalizar la semana, ya no hay casi productos para comprar”, cuenta. Por lo que busca a algún familiar que compre en otro lado.

 “Uno se siente muy bien cuando logra comprar algo, pero a veces pasas medio día y no puedes llevar nada a tu casa”, afirma Ana.

En las colas, que empiezan muy temprano a la mañana, pasa de todo: empujones, gritos y personas que se cuelan. Ayer, la dirigente opositora María Corina Machado denunció en su cuenta de Facebook el fallecimiento de un bebé en el supermercado El Tigrito, en el estado de Anzoátegui. Según su relato, durante la cola empezó una protesta, lo que derivó en una corrida de varios compradores. El niño recién nacido cayó de sus brazos y la gente que venía detrás lo aplastó. “¿No es esto su responsabilidad, señor Maduro?”, preguntó la opositora.

Impacto en la salud.

La escasez también involucra a los medicamentos. La madre de Ana tiene Alzheimer. Desde el año pasado no consigue un sedante, fundamental para su tratamiento. Entonces, compró “el que había” para ver si surtía efecto. “Fue para peor, no se lo compro más. Ahora no le estoy dando nada”, cuenta.

También le cuesta consiguir pastillas para su cuñado, quien padece hipertensión arterial.

Rosario Pérez, una venezolana que vive en el municipio de Sucre en Caracas, cuenta que en las redes sociales se arman grupos para informarse en qué farmacias se pueden encontrar determinados medicamentos. “Es la forma que tenemos de ayudarnos”, dice.

Algunas compras son engorrosas. Para comprar pañales, el gobierno exige que se presente la partida de nacimiento de un bebé o, si es para un adulto mayor, un certificado médico.

Aflora la reventa.

Este sistema ha causado la proliferación de “bachaqueros”, individuos que revenden productos básicos que no se encuentran en los supermercados.

Muchos lo ven como un mal necesario. “A veces no tenés otra”, cuenta José. Rosario dice que les ha comprado café. “En el supermercado cuesta 29 bolívares el kilo (142 pesos uruguayos) y lo llegan a vender a 700 bolívares (1.900 pesos uruguayos)”, dice.

Esta actividad, que está penada con tres a cinco años de cárcel, “ha instaurado una mafia”, dicen los compradores.

LAS CIFRAS DE LA CRISIS HUMANITARIA.

Seguridad.

La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, dijo ayer que el país caribeño cerró el 2015 con una tasa de homicidios de 58,1 por cada 100.000 habitantes. Son 17.778 personas que perdieron la vida por causa de un homicidio intencional o doloso.

Medicinas.

La Federación Farmacéutica de Venezuelapidió a la Organización Mundial de la Salud que envíe medicamentos ya que el las farmacias carecen del 80% de los remedios.

Costo de vida.

Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, que cita el diario ABC de España, el coste de vida en Venezuela subió un 270% en 2015, mientras que este año esperan que crezca un 720%.

Inflación.

Venezuela tiene una de las tasas de inflación más altas del mundo. Según el Banco Central la inflación anualizada a septiembre de 2015 llegó a 141%. A su vez, el país sufre la caída del precio del petróleo, principal fuente de ingresos.

 

Fuente: Elpais.com

Más información: http://www.elpais.com.uy/mundo/venezuela-borde-emergencia-alimentaria-crisis.html