El hecho sucedió el pasado domingo, cuando Sergio Oliviera de 22 años, primo hermano de Guadalupe de 8 años, había pasado a buscarla a casa de la madre de la menor.
Luego del crimen, de acuerdo con información extraoficial, el acusado intentó quemar el cuerpo dentro del departamento para desaparecer la evidencia.
“No la pude salvar”, le dijo el sospechoso a la Policía en su primera versión, en la que intentó hacer creer que la víctima, de nombre Guadalupe, había sido asesinada por ladrones.
El cuerpo de la niña fue llevado a la morgue judicial de La Plata, para realizar la autopsia y determinar las causas de su muerte.
El caso es investigado por la fiscal Patricia Hortel, de la UFI N° 1 de Saladillo, en Argentina.
El pequeño Yahir de 7 años murió tras broncoaspirarse por haber sido obligado por su padre y madrastra a comer su excremento.
Además el menor presentaba un cuadro de desnutrición ocasionado por el infierno que vivía en casa de sus padres, según el testimonio del hermanito de cuatro años, quien dijo que este era aislado en su cuarto.
Todo empezó cuando Jacinto el padre se separó de Ángeles la madre biológica de Yahir con lo que este quedó desamparado a la edad de tres años, vagando por las calles de su colonia por lo que los vecinos le querían, incluso cuando ingresó a la escuela un hermano de Jacinto le empezó a cuidar y alimentar, acto que luego el padre del menor le prohibió.
Posteriormente, Jacinto se llevó a Yahir a vivir a Monterrey donde él tenía una nueva familia y se los arrebató a los abuelos maternos.
“Me lo arrebató de las manos, no preguntó nada, lo agarró y se lo llevó, dijo que se lo llevaría a Monterrey, y que le valía lo que pensáramos, yo le dije que se metería en problemas, pero no entendió”, dijo Francisco, abuelo del menor.
Fue el 25 de octubre, que Yahir pidió a su padre que lo llevara a ver a sus abuelos maternos, por lo que viajaron a Saltillo, estando ya ahí, Jacinto obligó a al menor a consumir su propio excremento, razón por la que el niño comenzó con un constante vómito.
Jacinto y su pareja Olga dieron leche y caldo de pollo al niño, para hacerle pasar el mal sabor de boca, sin embargo, el vómito continuó, ocasionando que el niño se broncoaspirara, perdiendo la vida casi de inmediato; su cuerpo no resistió el malestar, pues sus familiares indicaron que pesaba entre 9 y 11 kilos, de acuerdo con El debate.
Tratando de ocultar lo ocurrido, decidieron llevar a Yahir a la estación de bomberos de la colonia Morelos, donde los paramédicos confirmaron el deceso, por lo que dieron aviso a la Fiscalía General del Estado, donde confirmaron el maltrato al que era sometido el pequeño, alertando a la Pronnif sobre la situación, pero no tardaron mucho tiempo detenidos, pese a que el maltrato era evidente y en su estómago había restos de excremento.
Hoy por hoy, parientes, paternos y maternos del niño, piden a las autoridades que se haga justicia, que sean detenido.
Pedimos que se haga justicia, que las autoridades los detengan, no es posible…, solo falta que les entreguen a los otros niños, ya sería por demás, dijo Consuelo Jiménez, hermana de Jacinto.
Otros familiares maternos del niño aseguran que la autopsia revela que efectivamente ingirió excremento.
Oriundo de Florida, un hombre mantuvo en un refrigerador el cuerpo de su esposa para cobrar durante ocho años los beneficios federales de su seguro hasta que él murió en 2010, informaron medios locales.
El hombre tenía por nombre Allan Dunn y recolectó más de 92 mil dólares del Seguro Social de su esposa Margaret, quien murió en 2002 en la residencia que ambos compartían en Sun City, en el condado Hillborough.
Los herederos de Allan, sin embargo, tuvieron que reembolsar recientemente más de 15 mil dólares al gobierno federal, tras vender la propiedad de los Dunn y pagar las deudas que Allan tenía acumuladas.
La Oficina del Fiscal de Estados Unidos dijo que Dunn ocultó la muerte de su esposa colocando su cuerpo en un congelador en su casa.
Después de su muerte, las autoridades descubrieron que su esposa había muerto ocho años antes.
Los herederos, que no sabían que él había ocultado la muerte de Margaret, renunciaron a sus derechos de heredar el condominio y lo pusieron a la venta.
Después de pagar los impuestos atrasados, los costos de la venta y los montos adeudados a la asociación de condominio, quedaron unos 15 mil dólares, que tuvieron que pagar al Seguro Social.
Un menor de 8 años y un hombre de entre 20 a 25 años aproximadamente, fueron atacados a balazos la tarde de este viernes en la colonia Sánchez Taboada, en la ciudad de Tijuana, en un inmueble usado como “picadero”.
Alrededor de las 15:15 horas, las autoridades municipales recibieron el reporte que había dos personas baleadas en la calle Biznaga, esquina con Mercurio.
El adulto presentaba lesiones de arma de fuego, y el niño tenía heridas de arma en el cráneo y cuello, por lo que agentes solicitaron la presencia de la Cruz Roja.
Ambos heridos fueron llevados a un hospital de emergencias, pero lamentablemente el menor de edad no sobrevivió. Más tarde, medios locales informaron que las víctimas eran padre e hijo.
Sobre los delincuentes se informó que huyeron en un carro color gris, por lo que la Policía de Tijuana montó un operativo para localizarlos.
Esta historia que se dio a conocer en el año 2001, conmocionó los más tristes sentimientos de los lectores, al conocer la historia de Lauren Kavanaugh, una niña de 8 años que fue encontrada privada de su libertad en el armario de su padres.
Han pasado 15 años de que Lauren se encontraba durmiendo sobre sus propios desechos, desnutrida y con severas señales de múltiples abusos sexuales, la infante sufrió heridas físicas y psicológicas.
Su madre biológica la había dado en adopción a una familia que estaba realizando muy bien su labor de padres, Bill y Sabrina Kavanaugh cuidaban a la pequeña y le brindaban amor y protección.
Sin embargo, cuando Lauren tenía dos años, Barbara Atkinson, la madre biológica reclamó su custodia porque se había arrepentido de abandonarla, y el tribunal decidió que la niña debía ser devuelta a su madre.
Lo que las autoridades no sabían, es que sólo la quería para hacerle el peor de los daños que se le puede hacer a un niño, encerrarla y maltratarla cruelmente.
Aunque Lauren tenía otros cuatro hermanos, a ninguno los maltrataban como a ella, según les explicaba su madre, “porque era mala y lo merecía”.
Los años en los que Lauren estuvo con su madre y su padrastro, la encerraron en un armario, la privaron de comer, la golpearon, la hicieron dormir sobre su orina y heces, la violaron y entregaron a otros hombres para que abusaran sexualmente de ella.
Lauren relataba su desgarradora historia:
“Tenía que defecar en suelo del mismo armario donde dormía. Tenía una almohada… y quizás una manta para taparme, sólo si ‘había sido buena’. Lloraba hasta que me dormía. La única vez que fui sacada del armario fue para que mi madre, su marido y sus amigos, abusaran sexualmente de mí. Me ataban a la cama y me violaban hasta que hubiese sangre por todas las sábanas”. Cuando terminaron conmigo, me golpearon y me tiraron al armario. Más tarde, mi mamá traería a casa a chicos o chicas para que tuviesen sexo conmigo. Mis padres pensaron que era divertido verlos”.
Su hermana Blake, quien sólo es 3 años mayor que Lauren cuenta lo que sufría al ver lo que le hacían, pues no entendía por qué sus padres decían que era mala, pero a su vez tenía miedo de que le hicieran lo mismo a ella o a sus demás hermanos:
“Cuando preguntábamos por qué Lauren estaba en el armario, nos decían que ‘había hecho algo malo’… no sabíamos qué, pero sabíamos que tenía que ser algo muy malo para que estuviese encerrada. Una vez me escabullí hasta el armario y ella me dijo que tenía hambre, le llevé un tarro de mantequilla y me lo quitó desesperadamente. Mi madre se dio cuenta al volver, porque el tarro estaba vacío dentro del armario. Tenía miedo de que me hicieran algo a mí, así que dejé de llevarle alimento. Ahora me culpo por lo que pasó, pienso que debería haberlo denunciado… si pudiese retroceder en el tiempo y cambiar de lugar con ella lo haría de inmediato, pero no puedo”.
Se cree que las autoridades dieron con la pequeña, gracias a que su padrastro invitó a un vecino a su casa para mostrarle a ‘la niña encerrada en el armario’. Se especula que lo hizo en venganza de su esposa luego de creer que ésta le estaba siendo infiel, pues no llegaba a casa por varios días.
Cuando Lauren fue rescatada, los investigadores observaron sus piernas rojas, crudas de tanto haberse sentado en su propia orina y heces, y también rastros de feca en su boca; la niña no sabía utilizar el excusado, y le costó mucho trabajo hacer su vida normal.
Su estómago estaba hinchado por la falta de alimento y pesaba 25.6 libras, el tamaño de un niño de 2 años, a pesar de que ya tenía 8.
Su cuerpo tenía tantos rastros de abuso que necesitó de varias cirugías y para recuperarla, los médicos tuvieron que usar el método ideado para las víctimas del Holocausto.
Los padres de Lauren fueron arrestados y sentenciados a cadena perpetua, y serán elegibles para libertad condicional en el 2031, cuando ella tenga 38 años.
La menor fue devuelta con sus padres adoptivos, los Kavanaugh, y aunque le brindan bienestar, ella ha sufrido ataques de rabia, peleas en la escuela, 30 intentos de suicidio y convulciones cuado su cuerpo trata de bloquear los dolorosos recuerdos, además, en su escuela sufre de bullying al correrse la voz de quién era y lo que sufrió.
Su novia relata que a cualquier lugar al que vayan, siempre busca encerrarse en el armario, y si no hay algún armario en el lugar, se encierra en la ducha con agua caliente hasta quedarse dormida.
Barbara, la madre biológica de Lauren, luego de ser encarcelada realizó un video donde supuestamente se dice arrepentida de todo lo que le hizo a su hija y le pide perdón.
Un desequilibrado sujeto violó a su hijastra de tan sólo 8 años de edad, al parecer en venganza hacia la madre de la menor, a quien constantemente golpeaba y con quien la madrugada del pasado domingo sostuvo una discusión que despertó a sus vecinos.
Los hechos fueron reportados alrededor de las 10:00 de la mañana en una vivienda localizada en las calles Isla Bali e Isla Antillas, en el fraccionamiento Villamar 2, donde se reportó que una menor había sido violada, por lo que paramédicos y elementos de la Policía Municipal se dirigieron al lugar.
La madre de la menor relató a los uniformados que una hora antes, como a las 9:00 de la mañana, salió de la casa y cuando regresó observó a su hija de 8 años de edad, con un comportamiento muy perturbado, y cuándo le preguntó qué le pasaba, la niña le contó que su padrastro la había violado.
El presunto abusador, de aproximadamente 35 años de edad, se encontraba ebrio y dormido al arribo de la policías, quienes procedieron a detenerlo.
Los vecinos aseguraron que existía violencia intrafamiliar, pues la madre de la víctima era golpeada constantemente por el sujeto. También relataron que la noche del sábado tuvieron como una fiesta en esa casa, pero no fue hasta la madrugada del domingo cuando escucharon ruidos de pelea.
Ya por la mañana, cuando la madre de la menor salió del domicilio, el sujeto aparentemente decidió vengarse de su pareja por la discusión que habían tenido y abusó sexualmente de su hijastra, la cual fue atendida por los paramédicos, quienes al evaluarla encontraron huellas de violación.
El sujeto quedó a disposición de la autoridad correspondiente por el delito de violación y lo que resulte.
Una pequeña de ocho años sufrió durante cuatro meses que un hombre de 55 años abusara de ella.
La menor era explotada sexualmente por su madre, quien a cambio de vender a su hija pedía dulces, golosinas y comida. Además la mujer grababa a su hija siendo abusada y después vendía los videos con el fin de obtener dinero, informó Noticias Caracol.
La pequeña, enfadada por la situación que pasaba, alertó a su padre del hecho y fue él quien avisó a las autoridades y libró a su hija del infierno en el que vivía.
El sujeto de 55 años y la madre de la menor fueron detenidos y puestos a disposición de la policía por el delito de explotación sexual de menor.
Con información de cadenanoticias
Manuel Monroy Sánchez, de apenas 8 años de edad, llegó a la tienda de abarrotes “Reyna” a visitar a su abuela. El local es de esos que se construyen en los patios delanteros de las viviendas, con el fin de tener un ingreso, ante la falta de trabajo en la entidad.
La clásica “tiendita de la esquina”, pintada de azul con amarillo y adornada con un montón de letreros de Coca-Cola fueron, en viernes 22 de abril, el nuevo escenario de la encarnación de la violencia al más puro estilo del “Veracruz próspero”. Ahí murió Manuel por presenciar una ejecución.
José Eduardo García Drullut, de 26 años de edad, vivía en la calle Encinos, de la colonia La Sabana. El pasado 16 de abril fue detenido por la Policía en posesión de casi 5 kilogramos de hierba verde en su modalidad mariguana, pero quedó libre tras 72 horas. Apenas el miércoles volvió a caer en la cárcel, aunque esta vez por alterar el orden público.
Pero este viernes fue alcanzado por la muerte, literalmente. Cuando el joven se dirigía a su casa, comenzó a ser perseguido por dos hombres armados y en su desesperación se metió a la calle Naranjos, también de la colonia La Sabana, misma que ha sido punto de al menos cinco ejecuciones más en lo que va del año.
Quién sabe por qué José García imaginó que dentro del local de abarrotes “Reyna” podría escapar de sus perseguidores, pero falló. Y no sólo eso: condenó a Manuelito.
Los sujetos que iban detrás fueron directamente contra José, descargaron cinco veces su arma y él quedó tendido boca abajo, entre un estante de sabritas y una silla con una hielera llena de tortillas calientes. Pero eso no era todo.
Manuelito había observado el incidente, aunque ya no tuvo tiempo de pensar en algo más. El niño corrió hacia la casa que se conecta con el local, pero también fue seguido y asesinado de tres balazos.
Descalzo, su cuerpo de niño yace mancillado por su propia sangre sobre el vitropiso. A lado llora su abuelita, impotente. El short del pequeño era blanco, pero ahora es rojo. Su camisa está empapada y su mano derecha se recargó sobre su vientre como para evitar que se le escapara la vida.
Las autoridades ministeriales y la policía llegaron. Tomaron fotos, ya conocen el procedimiento. Acordonaron y se quedaron inmóviles en el lugar.
