bathroom gag watching freya get thrown around and d was a glance to.xxx videos
www.porn-of-the-week.com
porn videos

inicio NACIONAL “La tendencia no me favorece. Felicito al presidente López Obrador”. ¿A qué hora lo dirá Meade?

“La tendencia no me favorece. Felicito al presidente López Obrador”. ¿A qué hora lo dirá Meade?

“La tendencia no me favorece. Felicito al presidente López Obrador”. ¿A qué hora lo dirá Meade?
0

Seamos serios: Andrés Manuel López Obrador ganará la contienda electoral del domingo primero de julio. Lo sabemos hoy. Las encuestas, cuando no están cuchareadas, sirven para eso. El día de las votaciones lo confirmaremos más o menos a las tres de la tarde las personas que tengamos acceso a encuestas de salida.

¿Conoceré alguno de tales ejercicios realizados a pie de urna, como dicen en España? Creo que sí. Sobre todo, me enteraré de los exit poll de los distintos partidos políticos. Más allá de las prohibiciones legales relacionadas con la difusión de encuestas, miles y hasta decenas de miles de mexicanos recibiremos en nuestros WhatsApp estadísticas, verdaderas e inventadas, acerca de cómo va la elección. Será lo más entretenido de la jornada electoral.

Si muchos que no estamos en los war rooms de los equipos de campaña veremos crecer minuto a minuto la ventaja de AMLO, los candidatos presidenciales tendrán información más detallada.

Así las cosas, AMLO, Meade y Anaya poco después del mediodía sabrán si ganaron o perdieron.

José Antonio Meade, un hombre decente, seguramente pensará en felicitar a López Obrador en cuanto entienda que la tendencia es irreversible. Es algo que ocurrirá horas antes del cierre de las casillas.

¿Sería ilegal que Meade reconociera su derrota antes de que concluyeran las votaciones? ¿Desalentaría a los electores priistas si lo hiciera? ¿Crecería el prestigio de persona íntegra que tiene el candidato del PRI? ¿Se trataría de un gesto inútil?

Si yo fuera Meade, me adelantaría a las encuestas de salida. Y, por supuesto, felicitaría al presidente López Obrador.

Después, tomaría el teléfono y llamaría al todavía presidente de México, Enrique Peña Nieto, y le daría las gracias.

Meade a EPN le debe el mejor momento de su vida, el destape como candidato presidencial. Y al presidente Peña deberá José Antonio Meade su peor experiencia: la durísima derrota electoral en 2018. Por hacer lo correcto, Peña Nieto fue un gobernante impopular y ello perjudicó al PRI. A veces el buen trabajo no es aplaudido.

El 1 de julio terminará el sexenio para Meade. No se le requerirá para la transición, de ninguna manera; no participará en negociaciones entre los equipos de AMLO y EPN, que serán importantísimas para el futuro de México; no se le pedirá su punto de vista para la aplicación de medidas, como una posible firma del nuevo tratado comercial con Estados Unidos, que pavimenten la llegada de López Obrador al Palacio Nacional.

Los otros colaboradores de Peña Nieto vivirán meses históricos que, inclusive, los acercarán al presidente López Obrador. Tendrá Andrés Manuel el mayor interés, por ejemplo, en escuchar largamente a Luis Videgaray acerca de Donald Trump. Experto en caer de pie, Videgaray podría ser consultado por el nuevo gobierno no solo en la transición, sino durante todo el primer año de la administración entrante.

Para Meade no habrá nada de eso. La derrota, en sus horas iniciales, es muy jodida. Y se sufre a solas. Pero la derrota es la mejor maestra. Si lo sabrá Andrés Manuel.

Meade no tiene duda acerca de que deberá reconocer de inmediato el triunfo de López Obrador. Lo que seguramente no sabe es qué hará durante lo que reste de 2018 y en 2019, 2020, etcétera.

Si Meade toma el camino fácil para él de irse al extranjero a dar clases a una universidad famosa o de contratarse con alguna institución financiera global, pública o privada, de nada le habrá servido la derrota.

Si Meade ya aprendió a ser candidato presidencial, esto es, si ya es político —antes solo era un eficaz funcionario público, que no es lo mismo—, debe seguir siéndolo.

Poco PRI quedará para tratar de hacer carrera en ese partido. Es un muerto que no resucitará.

Quedará en la orfandad la derecha, que ya no se verá representada por el PAN como partido. Pero que sí se identificará, me parece, con Felipe Calderón, que fue un mal gobernante, pero siempre se desempeñó con excelencia durante sus años en la oposición.

Los analistas más inteligentes ven a Calderón como el líder principal de la oposición a López Obrador. Estoy de acuerdo con ello.

Pero Calderón no puede volver a ser candidato presidencial. Seguirá intentando construir a Margarita Zavala como una opción para el 2024 como aspirante presidencia del PAN o de cualquiera que sea el partido de la derecha que se consolide en el sexenio de AMLO.

Pero si Margarita no puede, creo que Calderón pensará en Meade como la figura para enfrentar a Morena.

Si Meade y Calderón son inteligentes, y sin duda lo son, tendrán que dialogar sobre el futuro político.

Hay dos imágenes que Meade tendrá que analizar antes de emprender, derrotado, su camino: la de Francisco Labastida, tan mediocre después de que perdiera frente a Vicente Fox, y la de López Obrador, que vivió con gran dignidad y espíritu de lucha sus dos derrotas anteriores.

¿Y Ricardo Anaya? Realmente no importa lo que haga. Puso a las trampas y las mentiras en el centro de su campaña, así que ningún significado tendrá si admite o no su derrota, si sigue o no en la política.

Fuente: SDPnoticias

Publicar tu comentario

Comentario

Don`t copy text!