Ayer por la tarde se celebró la audiencia de continuación inicial de los ciudadanos Luis Humberto N., Juan Manuel N., Omar Andrés N. y Juan Diego N., donde fueron vinculados a proceso.
En punto de las 13:30 horas de este martes, el juez José Marcial Rodríguez Juárez dio por comenzada la sesión, ante una sala que se encontraba casi a su límite de capacidad de observadores.
Aunque durante la audiencia inicial, mientras se daban a conocer los cargos que pesaban sobre los cuatro indiciados, se revelaron algunos pasajes acerca de lo ocurrido el día 30 de julio, fue el día de ayer cuando abundaron en detalles.
Fue durante la noche del 29 de julio cuando los padres de Érika y los padres de Cindy las vieron salir de sus casas, sabiendo que ambas se dirigían hacia un bar en la Zona Dorada, llegando a bordo del Volkwagen.
Mientras que José Antonio llegó al mismo bar que las enfermeras conduciendo el Nissan Versa color gris con el que trabajaba ofreciendo el servicio de transportación privada.
Asimismo, el testigo protegido que ha colaborado con la investigación señala que acordó verse en Mazatlán con un amigo suyo, llamado Armando, el cual venía de la comunidad La Urraca, y tras estar tomando bebidas con un tercer hombre, decidieron ir al bar en cuestión.
Cuando se dirigían al lugar, a bordo de un taxi, el otro hombre cambió de opinión y no los acompañó, por lo que pidió ser dejado en su domicilio.
Al llegar, coincidieron José Antonio y Armando en la entrada del bar, y tras haber intercambiado saludos, se cuestionaron mutuamente con quién iban acompañados, mencionándose al testigo protegido y un hombre apodado el Rafa.
El testigo protegido indica que en ese momento, Armando N. les señaló que elRafa era del equipo contrario, por lo que realizaría una llamada a sus amigos para que fueran a ‘levantarlo’, pero lo tomó como una broma.
Ya adentro del centro de diversión, estuvieron sentados en mesas contiguas, conviviendo con otras personas, hasta que Érika se le acercó a Armando para preguntarle si quería bailar con su amiga Cindy.
Después de estar bailando y bebiendo hasta pasadas las 04:00 horas del 30 de julio, el testigo asegura haber ido al baño y a su regreso observó como José Antonio se retiraba con Érika del lugar a bordo del Nissan Versa.
Mientras que él y Armando aceptaron la invitación de Cindy de ir a bordo de su Jetta, y ya encaminados, se pusieron de acuerdo vía telefónica con los ocupantes del Versa para continuar la reunión en el fraccionamiento Del Bosque.
Al llegar a la casa, el testigo de identidad protegida se metió al baño y al salir se percató de que un Honda Civic color negro llegaba al domicilio con cuatro hombres, tres de ellos armados, quienes se dirigieron hacia José Antonio, a quien ‘levantaron’ ahí mismo.
Los cuatro hombres que arribaron al lugar eran Luis Humberto N., Juan Manuel N., Omar Andrés N. y Juan Diego N., a quienes el testigo los conocía, pues formaban parte de la misma organización delictiva.
EL RECLAMO
Mientras que José Antonio era llevado a bordo del Civic con tres de los hombres a bordo del vehículo, otro de ellos fue el encargado de conducir el Nissan Versa detrás de ellos.
Cuando las enfermeras se percataron de lo que ocurría, reclamaron lo que estaba pasando, y fue Érika quien puntualizó que los hombres que ‘levantaron’ a José Antonio habían estado hablando con Armando en el bar.
Armando comentó que fue abordado por el grupo de hombres, ya que querían saber cómo llegar a un antro que se localiza en la playa, pero Érika lo desmintió al señalar que lo llamaron por el apodo de Güilo, seña inequivoca de que se conocían.
En ese momento, el Güilo entró al domicilio y salió con un arma, apuntando a las jóvenes, las cuales fueron amarradas con cables de tendedero y a quienes les vendaron los ojos con un pañuelo.
Después de que se llevaron a José Antonio, uno de los ahora implicados volvió y se llevó el Jetta de la enfermera hasta un espacio enmontado, en donde le prendió fuego luego de haberlo rociado de gasolina.
Tras mantenerlas todo el día prisioneras en la casa del fraccionamiento Del Bosque, Armando, dio la orden de terminar con las vidas de Cindy y Érika, razón por la cual fueron llevadas hacia el mismo lugar donde habían llevado a José Antonio.
Durante la audiencia, se mencionó que dos imágenes encontradas en un celular eran la evidencia de que José Antonio murió al ser degollado por un machete.
HALLAZGOS
En un predio localizado cerca del panteón número 2 de Villa Unión se localizaron en tres secciones restos humanos, los cuales estaban junto a un puñado de cenizas, pues fueron incinerados ahí mismo.
Junto a la cabeza de José Antonio, la cual estaba en una hielera, se encontró la cabeza de otra persona, cuya identidad no ha sido revelada.
Asimismo, en el área donde se encontraron los cuerpos calcinados de las mujeres, se encontraron casquillos de bala de calibre 40 y 9 milímetros, lo que hace suponer que las féminas murieron por disparo, antes de que sus cuerpos fueran quemados.
Estos restos humanos fueron comparados por expertos genetistas, quienes hicieron exámenes de ADN a las víctimas, los cuales fueron contrastados con los de sus familiares.
A LA ESPERA DE LA SENTENCIA
Después de que los miembros de la Fiscalía expusieron el caso, el juez dictaminó que existían los elementos necesarios para poder implicar a los cuatro hombres a los cargos que se les señalan.
De este modo, Luis Humberto N., Juan Manuel N., Omar Andrés N. y Juan Diego N. tendrán que enfrentar cargos por privación ilegal de la libertad, robo de vehículo, homicidio y feminicidio.
Ya que existen varios tramos de la investigación que siguen pendientes de resolver, y la complejidad de los mismos, los cuales incluyen la comparación de perfiles genéticos, se pidió un periodo de seis meses para culminar la carpeta de evidencias.
Será hasta el día 16 de febrero de 2018 cuando se realice la audiencia final, en donde se prevé que se pueda dictar sentencia, mientras, permanecerán en prisión preventiva.
Con información de El Debate