Recientemente se detectaron temblores en la profundidad de un segmento conocido como ‘Anza Gap’, que conforma el sistema de fallas geológicas en el sur de California y que parecía estar inactivo hasta ahora.
De acuerdo con los científicos de la Universidad de California en Riverside, el desplazamiento del segmento eleva el riesgo de un terremoto de gran magnitud o el temido ‘Big One’, según los hallazgos de un nuevo estudio.
Los sismólogos del Colegio de Ciencias Naturales y Agrícolas de la Universidad de California en Riverside (UCR), Alexandra Hutchinson y Abhijit Gosh, lograron detectar lo que llamaron “temblores tectonicos espontáneos” en las placas ubicadas hasta 22 kilómetros de profundidad.
Hutchinson y Gosh señalaron en su investigación que a pesar de que la falla de San Jacinto es la más activa, el ‘Anza Gap’ es el único tramo que en los últimos 200 años no ha experimentado un sismo mayor a 5.5 de magnitud.
Esto fue publicado en la edición más reciente del Boletín de la Sociedad Sismólogica de América.
“Muchos expertos sospechan que esta área está lista para producir un terremoto dañino”, señaló Ghosh en su informe.
Los temblores detectados, explicó, son causados por un deslizamiento lento en las profundidades de ese segmento de la falla de San Jacinto, lo cual añade presión a la superficie. “Esto puede ayudar a generar un peligroso terremoto”.
El reporte de Ghosh y Hutchinson expone la necesidad de continuar estudiando los deslizamientos lentos en las profundidades de la tierra, “porque es posible que los temblores tectónicos nos permitan pronosticar grandes terremotos en el futuro”.
La actividad sísmica en el área de Anza han sido estudiadas desde hace más de 20 años gracias a una red de estaciones que monitorean los movimiento telúricos, pero para detectar los temblores a más profundidad los sismólogos de UCR utilizaron sensores amplificados de “retroproyección de rayos múltiples” que ellos mismos desarrollaron.
La falla de San Jacinto tiene una longitud de 209 kilómetros, desde San Bernardino (en el norte) hasta Ocotillo Wells (en el sur) y se extiende de manera casi paralela al tramo sur de la falla de San Andrés.
Estas dos fallas, junto con la de Imperial y Elsinore, son las que se mueven más rápido y por ello consideradas las cuatro más peligrosas de las aproximadamente 300 detectadas en California.
Casi la mitad de los sismos de mayor magnitud se han originado en estas cuatro fallas, a lo largo de la historia.
Con información de Univisión